“Decir que los productores agropecuarios somos formadores de los precios pagados por el consumidor final en góndola no es solo una falta de veracidad técnica, es también un desconocimiento pleno de cómo funciona el andamiaje productivo del país”, afirmó un comunicado de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que así intentar quitar responsabilidad a los productores primarios sobre el proceso inflacionario que afecta a todos los argentinos.
La entidad de la Mesa de Enlace puso como ejemplo cuatro cadenas productivas, donde la incidencia del valor de la materia prima es bastante menor de lo que la gente se imagina. Así afirmó que:
- El trigo multiplica 7 veces su precio al llegar al consumidor final en forma de pan. Por el contrario, los impuestos representan 2 de esas 7 veces en el valor final del alimento.
- La Leche cruda, a salida de tambo, debe multiplicar 4 veces su valor hasta llegar al supermercado en forma de sachet. Allí la incidencia de los impuestos llegan al 25%.
- La carne bovina multiplica a lo largo de la cadena 4 veces su precio desde la hacienda en pie y hasta la carnicería. También allí la incidencia de los impuestos equivale a lo que se lleva el productor.
- Finalmente, en el caso del pollo, CRA afirma que hay que multiplicar por 4,47 veces el costo de los granos utilizados para la alimentación para arribar al precio final de la carne producida.
“Los productores somos el eslabón primario de todas las cadenas, aquel donde empieza el flujo de materia prima que luego llega a la mesa de cada hogar”, explicó CRA, pero luego remarcó que “sin embargo, somos el último eslabón de la cadena en flujo monetario ya que el mismo inicia en el consumidor final y va desandando cada eslabón en la cadena hasta llegar al productor”.
“Esto es lo que hace que el productor sea un tomador de precios en el mercado y no un formador”, afirmó el trabajo.
En este sentido, CRA lamentó que muchos funcionarios acusen sin más a los productores de ser los responsables de la inflación, cuando está visto que su incidencia es relativa.
“Se establece una suerte de caza de brujas, que es (al igual que en la inquisición) querer echarle la culpa de una situación que en Argentina ya es estructural”, lamentaron los ruralistas.
¿Y entonces, por qué suben los precios? Según esta explicación, “en Argentina hay dos componentes excluyentes en la formación de todos los precios: Los impuestos (41% de lo que cargamos en el chango de un supermercado son impuestos) y la inflación (durante 2020 fue de 36,1%, mientras que otros países como Uruguay alcanzó el 8,1%, México el 3,5%, Chile el 3,1%, Perú solamente 2,6%)”.
Los productos analizados y algunos de los insumos del campo registraron, según el análisis de CRA, fuertes subas de precios desde febrero de 2017, cuatro años atrás. También muchas variables de la economía. El caso de la carne la suba fue de 4,3 veces; en la Leche de 4,4 veces; el gasoil aumentó 4,3 veces; la canasta básica se multiplicó 4,23 veces; el dólar oficial Banco Nación se multiplicó 5,8 veces. Y así con todo.
“Para entenderlo mejor, en enero de 2017 con 100 pesos se podía comprar una combinación y una cantidad determinada de productos de la canasta básica, mientras que para comprar hoy esa misma cantidad y combinación necesitas 383 pesos”, se resumió.
La conclusión de CRA es que “buscar culpables en vez de soluciones, tener diagnósticos de situación basados en posiciones ideológicas y no académicas, lleva a una caza de brujas que solo da lugar a más incertidumbre y miedo del futuro”.