Una situación insólita se estaría dando en torno a las exportaciones de carne de la Argentina, que como todos saben es prácticamente el único país ganadero que prohíbe comerciar libremente ese alimento con el resto del mundo, y entonces regula sus embarques con un sistema de cupos y cuotas bastante complejo.
La situación insólita es que, al parecer, la industria frigorífica no llegaría este mes a completar los cupos que el mismo sector había acordado con el Ministerio de Agricultura y que, por lo tanto, ahora si se caen las exportaciones no sería por culpa del gobierno que pone límites a los envíos, sino del propio sector privado que no llegaría a completar las cargas. Cosa de Mandinga.
El entrerriano Jorge Ruiz, jefe de Gabinete de Agricultura y quien sigue día a día la evolución de las exportaciones de carne vacuna desde que el tema es manejado en la cartera de Julián Domínguez, se reunió esta tarde con los representantes de los frigoríficos exportadores para analizar la absurda situación: las empresas se quejan de que el gobierno le pone techo a sus negocios, pero a la “hora de los bifes” no llegan a completar los cupos acordados.
Desde que Domínguez y sus funcionarios manejan la distribución de los cupos no se sabe con exactitud cuánta carne podrá exportar la Argentina. Solo se conoce que ese sector del gobierno se reúne todos los jueves con representantes de tres cámaras de la industria (Consorcio ABC, FIFRA y UNICA) y con ellos se acuerdan los volúmenes por embarcar cada mes.
La idea es que la Argentina pueda repetir a lo largo de 2022 la performance que tuvo en 2021 y que termine exportando unas 800.000 toneladas de carne vacuna. Para eso se había fijado un primer objetivo de 200.000 toneladas el primer cuatrimestre del año. Al parecer, cuando termine abril, van a quedar por debajo de ese volumen, en una cifra que estaría entre 180.000 y 190.000 toneladas.
Antes de reunirse con los frigoríficos este jueves a la tarde, Ruiz confesó ante algunos periodistas que lo primero que les iba a preguntar era porqué no estaban cumpliendo los cupos asignados para este mes de abril, porque al parecer faltaban presentar Declaraciones Juradas de Exportación de Carnes (DJEC) por unas 2000 o 3000 toneladas para llegar a los volúmenes convenidos.
En conversaciones preliminares con los dirigentes del sector, según contó el funcionario, la explicación era que ni siquiera los altos precios que se están pagando por la carne en el extranjero llegan a compensar la fuerte suba del costo del novillo a nivel local. El kilo en gancho del novillo llegó a cotizar a unos 5,0 dólares (medido con el tipo de cambio oficial), mientras que la tonelada de carne puede oscilar, dependiendo del corte y el cliente, entre 8000 (garrón y brazuelo con destino a China) y 9500 dólares (set de 14 cortes de la cuota 481 destinado a la Unión Europea). En el medio, claro, están todos los costos salariales, operativos y financieros.
En el marco gris en que se está administrando el cepo a la carne, hay como tres grandes grupos: las cuotas de exportación acordadas con otros países (como la Hilton para Europa o la cuota americana) salen sin restricciones, y lo mismo sucede con la carne de la vaca conserva D y E que se dirige a China, y que fue liberada por gestiones de Domínguez. Pero el resto de los mercados se administra con un “cupo” (así lo definen los frigoríficos) que se determina junto a la industria y se reparte entre las plantas con un supuesto acuerdo con las cámaras sectoriales.
Ruiz contó que ese cupo (que incluye mercados como el de Israel, Chile, Brasil, parte de lo que va a China y cortes extra-Hilton para Europa) es el que no se estaría cumpliendo porque los faenadores no llegan a cubrir esa demanda. Este fenómeno comenzó a notarse a fines de marzo y se acentuó en abril.
“Los frigoríficos me dijeron que el valor interno del novillo les estaba dificultando los negocios, pero es una cosa que la vamos a analizar en conjunto con la industria frigorífica”, dijo el jefe de Gabinete de Domínguez. El funcionario también puso en duda que -por este faltante de novillos y los altos precios- este año vaya a poder cumplirse la Cuota Hilton, que está integrada por 29.500 toneladas de cortes selectos que ingresan a Europa con menores aranceles.
-¿De cuánto son los cupos?- preguntamos a Ruiz, porque ese volumen no está definido en ninguna resolución ni se divulga oficialmente.
– Arrancamos en enero con 28.000 toneladas. Como no alcanzaban los requerimientos (de hecho ese mes los embarques cayeron fuerte), y como queríamos que la industria siguiera trabajando a pleno y teníamos equilibro, lo aumentamos a 30.000 en febrero, a 33.000 toneladas en marzo y repetimos las 33.000 toneladas en abril- precisó el funcionario.
Es decir que si se confirma que los privados no llegan a cubrir los cupos acordados, se estaría perdiendo cerca de un 10% del cupo debido a la falta de competitividad industrial, que en gran medida se explica por las distorsiones presentes en el mercado argentino.
Sencillo. Se produce menos gastando menos. Se atrasa el proceso y falta carne luego aumenta el precio. La misma rueda de siempre.
Sencillo. Se gasta menos, se produce menos, falta carne, aumenta el precio. La misma rueda de siempre
¿Y que esperaban? ¿Más producción con menos inversión y más impuestos? Sólo a un peronista se le ocurre eso…