En las próximas semanas la mayor parte de los empresarios agrícolas argentinos intentarán sembrar una superficie considerable de trigo con el propósito de obtener liquidez a fines del presente año luego del “bache” de ingresos generado por el desastre climático presente en el ciclo 2022/23.
Se tratará del primer cultivo que se cosechará muy probablemente con otro gobierno, dado que, luego de las elecciones primarais (agosto) y generales (octubre), la nueva administración nacional asumirá el 10 de diciembre.
Además de la incertidumbre política interna, la formación de precios del cereal deberá hacer frente a la cuestión climática y macroeconómica local junto con una crisis financiera internacional en ciernes. Es decir: una suma de variables muy complejas de anticipar.
“En la Argentina, a diferencia de lo que sucede con otros países competidores, existe una falta de previsibilidad en el negocio agrícola debido al cambio constante de reglas de juego. Eso introduce un nivel de riego adicional en una actividad que por sí misma tiene un elevado riesgo productivo y comercial”, apuntó Marcos Hermanson, presidente del Centro de Corredores y Agentes de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Los mercados de futuros permiten reducir una proporción de ese riesgo al permitir la posibilidad de ir construyendo precios de venta acordes a la estructura de costos y expectativas de cada empresa”, añadió en diálogo con Bichos de Campo.
En ese marco, los corredores de granos recomiendan no asustarse ante el tamaño de la incertidumbre por asumir y, esperando un mejor panorama climático –Niño mediante–, consideran adecuado ir evaluando e instrumentando estrategias comerciales para la campaña de trigo 2023/24.
El contrato Trigo Rosario Diciembre 2023 del Matba Rofex, que cuenta con posiciones abiertas por más de 90.000 toneladas, terminó este martes con un precio promedio ponderado de 238,5 u$s/tonelada.
“Más allá de lo mucho que pueda suceder de aquí hasta el mes de diciembre, lo cierto es que ya existe la posibilidad de comenzar a vender parte de la nueva cosecha del cereal de manera anticipada, ya sea con opciones o futuros, de manera tal de reducir el riesgo comercial”, remarcó Diego Martínez, secretario del Centro de Corredores y Agentes de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Vale recordar que en la última gran crisis financiera –año 2008– el trigo con entrega en Buenos Aires cotizaba en torno a los 230 a 240 u$s/tonelada al momento de la siembra, pero descendió hasta los 120 u$s/tonelada en el último mes del año debido al impacto del factor exógeno internacional.