Aunque estudió Agronomía durante varios años, Nicolás Ubertalli nunca llegó a relacionarse con el mundo agropecuario desde lo profesional sino hasta el año 2019. Luego de afrontar el cierre de un negocio anterior, el bonaerense apostó todo por una idea que sentía que era el camino adecuado: la producción de briquetas a partir de los descartes de la industria maderera.
“Tras fundirme arranqué con este proyecto en Buenos Aires. Allí me visitó una persona que me compró y me dijo que el producto era muy bueno. Por entonces ya tenía idea de llevarme el negocio a San Martín de los Andes para darle vuelo, pero esta persona me sugirió ir a Tolhuin, en Tierra del Fuego. Cuando me tomé el avión y lo vi dije ‘claro, mi negocio está acá’, así que fuimos para allá con mi socio Esteban Aguirre”, contó a Bichos de Campo Ubertalli, que desde cinco años vive en aquella isla en el extremo sur del territorio.
Brik-Nic, el nombre que adquirió este proyecto que recientemente fue distinguido por la cartera de Agricultura con el sello de “Bioproducto Argentino”, y que terminó de obtener su forma en aquella localidad donde los insumos para elaborar estos bloques biobasados abundaban.
“En Buenos Aires yo compraba el aserrín y los descartes, pero la logística era todo un dolor de cabeza. Era ir a buscar algo que para las carpinterías era basura en teoría. Y la demanda duraba uno o dos meses. En Tolhuin, en cambio, eso dura todo el año y los aserraderos acumulaban tanto que la quemaban a cielo abierto. Eso es una picardía porque es energía que se podría usar usando en los hogares”, señaló el emprendedor.
Según explicó, la elaboración de estas briquetas permite concentra el poder calorífico de esos descartes para usarla de forma más eficiente.
“Para que te des una idea, la relación es de 3.5/4 a 1 en la energía. Por darte un ejemplo, la lenga tiene de 1200 a 1400 calorías por kilo y las briquetas tienen 4500 calorías. Es una gran optimización”, afirmó Ubertalli.
El proceso para obtener este producto consiste en pasar por una chipeadora el aserrín, la viruta y los recortes de madera, para luego secarlos. Posteriormente todo se conduce al interior de una máquina que le da forma a las briquetas, que se liga a partir de la propia lignina presente en la madera.
“La presión rompe la célula y la lignina hace que se ligue. La madera tiene su humedad natural que yo la tengo que secar porque sino la lignina, que es como una plasticola, no pega”, detalló el bonaerense.
La capacidad productiva de Brik-Nic alcanza los 100 kilos de producto por ahora, pero la oferta varía en función de la demanda de cada mes. La presentación de las briquetas es en bolsas de 3 y 10 kilos, cuyo valor ronda los 350 pesos por kilo.
La paleta de productos se completa con pellets de madera y unas estufas de pellets diseñadas por la firma para calefaccionar exteriores.
-¿Cuántas horas duran las briquetas dentro de, por ejemplo, una salamandra hogareña?- le preguntamos Ubertalli.
-Todo va a depender del aire que le entre y del modo de uso. Pero una vez que prende, si vos cerras el tiraje estarás usando cerca de 700 gramos por ahora más o menos. Lo cierto es que es un producto muy económico en comparación a otras formas de calefacción.
-¿En dónde comercializan estos productos actualmente?
-Por ahora solo acá en la isla, en las localidades de Ushuaia, Río Grande y Tolhuin. Hemos sacada fuera pero solo a nivel de muestras, porque los costos no cierran todavía para eso y queremos seguir manteniéndolo barato.
-¿Qué significó para ustedes obtener este sello de bioproducto?
-Son avances que vamos dando con el objetivo de algún día crecer más y poder exportar. Realmente estoy muy tentado de consumir todo lo que queman los aserradores y poder sacarlo de la isla. Hay países que demandan este producto. Los costos no nos dan todavía, pero sabemos que generaría bastante laburo, mano de obra y riqueza para todos.
Esteban Aguirre, que estuvo a cargo de la tramitación del sello, detalló a Bichos de Campo que su obtención no solo implica sumar trazabilidad al proceso productivo, y el valor agregado que eso supone, sino también posicionar a Brik-Nic dentro del circuito nacional de productores de biomasa.