No hay buenas noticias para los productores de leche. Los precios que cobran por litro del alimento, según el promedio informado por el Siglea, dan cuenta de que la cadena tiene cada vez menos oxígeno para correr la carrera contra la inflación y la suba de sus propios costos. Retraso cambiario, derechos de exportación y un mercado local deprimido por la crisis restan ingresos a industrias y productores.
El precio promedio de la lecha a salida de tambo informado para septiembre fue de 55 pesos por litro, con una amplia dispersión según la composición y el origen del producto. En tanto, el precio de equilibrio que exige toda inversión en agosto se ubicaría en 60 pesos. Y si a eso se le agrega un 7% de inflación, se requerirían de 64 pesos para tener una rentabilidad aunque sea mínima.
Los actuales parecen ser buenos precios para la leche en la Argentina medidos en dólares, pero es todo una gran falacia: la medición se hace en dólares oficiales, que no son los que siempre rigen para cubrir los costos.
Entre los diferentes tipos de tambos existen algunos que reciben mejores precios, que rondan los 60 a 65 pesos por litro y entonces lograr cubrir costos y sostener un mínimo de rentabilidad como para amortizar el capital invertido. En ese estrato se encuentran los que lograron sumar tecnología de procesos, estabularon el sistema e incrementaron la escala.
En el medio están los que la pelean como pueden y luego vienen los que se van cayendo del sistema sin que nadie los mire ni atienda. Son los que cobran menos de 50 pesos el litro (que existen, claro, y son numerosos) y que están invisibilizados por políticos que se turnan en las sillas de Agricultura y Economía que no hacen nada para evitar el drenaje.
Según el Observatorio de la Cadena Lactea (OCLA), medido en pesos constantes (es decir, deflacionados) el ingreso del tambo en promedio cayó 3% interanual entre enero y agosto de este año con respecto a igual período del 2021. Pero se agrega la continua suba de costos que amplían las pérdidas, lo que sostiene el proceso de concentración de la producción.
De acuerdo con los datos del mismo OCLA: “Entre 2010 y 2021 los tambos de menos de 2.000 litros de producción diaria redujeron un 50% su importancia relativa en la producción de leche total y los tambos de más de 10.000 litros diarios de producción, multiplican casi por 6 su participación en la producción”. Once años de historia con el mismo sesgo.
Esa concentración en establecimientos más grandes también se refleja en los litros promedio por tambo. Hace 6 años la producción diaria media era de 2.600 litros diarios y ahora en 2022 se ubica en 3.400 litros. Esto indica que en promedio los tambos están produciendo 30% más y reemplazando así la leche que dejan de aportar los establecimientos que se cierran.