Vincular mentalmente a las vacas con la India es la mejor representación que se puede tener de una actividad fundamental para ese país, no sólo por la característica sagrada de los animales que representan a la madre, y por eso son tan respetados, sino porque han sabido erigirse como los líderes mundiales en producción de leche.
En septiembre de 2022, en las afueras de Delhi se desarrollaba en Congreso Mundial de la Federación Internacional de Lechería, donde estuvo presente el primer ministro hindú Shir Narendra Modi, mostrando el absoluto apoyo político que una actividad como esta precisa para expandirse. La ocasión sirvió para que India le diga a los principales países lecheros frente a frente que es líder global en la producción, mostrando las características productivas, la tecnología disponible, un amplísimo catálogo de lácteos, pero también sus desafíos, como el de llegar a vacunar a todo el rodeo vacuno en este año.
Un país que muestra un progreso socio-económico remarcable, aunque con políticas cuestionables en muchos aspectos, sí entiende que apoyar la producción agropecuaria es lo que le fue permitiendo tener avances en cuanto a la lucha contra la pobreza.
La lechería a nivel global tiene tres desafíos, mejorar la nutrición, sostener la calidad de vida e incrementar la oferta. Es ese camino el que se recorre en la India.
Partiendo de 1974, cuando el sector producía en ese país unos 23 mil millones de litros por año, Shri Parshottam Rupala, ministro de Pesca, Cría de Animales y Productos Lácteos, hizo en estos días una presentación en la Cámara Baja del Parlamento hindú (Lock Sabha) donde reconfirmó datos que había presentado en el encuentro de la FIL.
“Según los datos de producción de la Base de datos de estadísticas corporativas de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAOSTAT), India es el mayor productor de leche del mundo y contribuye con el 24% de la producción mundial de leche en el año 2021/22”, definió. Además remarcó que se registró un crecimiento de 51% en los últimos ocho año, si se toman los parámetros de 2014/15 y los de 2021/22, con una tasa de expansión de 6,38 puntos porcentuales en cada temporada.
Existe una organización que parte de la política, con el Programa Nacional para el Desarrollo de Productos Lácteos desde ese 2014 con 146,31 millones de toneladas, para mejorar la calidad de la leche y los lácteos, con una amplísima diversificación en la oferta, además de aumentar la participación en las ventas, el procesamiento y el agregado de valor. El apoyo a las cooperativas fue fundamental para superar los 220 mil millones de litros en 2022, con lo cual lograron el autoabastecimiento y los planes de exportar los excedentes ya se inician.
Es entonces que lo planteado coincide con un informe de las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre las Perspectivas Agrícolas a 2026, en el que se indica que en el primer cuarto del siglo la producción de leche en la India casi se triplicará.
La observación es que entre 2017 y 2026 el país aumentará 49% la disponibilidad de materia prima, escoltada India por todo el bloque de la Unión Europea.
El informe también subrayó que India superará a China como el país más poblado, pasando de los actuales 1.300 millones de personas a 1.500 millones, lo que representa un aumento de alrededor de 150 millones de habitantes en los próximos años.
¿Cuál fue el secreto del crecimiento?
Que la política haya entendido que a través de la producción las personas iban a poder tener progresos personales fue el primer escalón para diagramar el Programa Nacional para el Desarrollo de Productos Lácteos, que incluye muchas variables. Para crecer se necesitaban personas que estuvieran detrás de las vacas.
Las organizaciones familiares, por castas, por ingresos económicos dieron lugar a la clave del éxito del crecimiento. Mientras los hombres de las familias salían a trabajar, las mujeres se quedaban en sus hogares, cuidando a sus hijos y podían hacerse cargo de la producción, representado hoy ellas al 80% de quienes ordeñan.
El tambo promedio en la India es de cuatro vacas, de diferentes razas de tipo cebuínas, ordeñadas a mano. “Los pequeños productores son la verdadera identidad del sector lechero en la India”: Esto decía el Primer Ministro en el encuentro promovido por la FIL y se refería a unas 100 millones de personas vinculadas a la lechería, que tienen a los animales en sus casas y trasladan en tachos de cinco litros la producción, o que los llevan a centros de acopio a ordeñar, donde detalles de bienestar animal como ventilación en el lugar, ya están incorporados.
Hay quienes ya pueden pensar en invertir en pequeños equipos de frío u ordeñadoras portátiles, lo que generará una verdadera revolución lechera en India, para aumentar la productividad de manera relevante.
Al llegar a los centros concentradores con la leche, cada productor tiene un número identificatorio, con el que al analizar la leche cruda cualitativa y sanitariamente en el acto, en pocos minutos reciben por mensaje de texto en su teléfono todo el detalle de calidad y el precio a pagarse por la producción del momento.
Este ejemplo se pudo presenciar en Nagla Pachauri, una pequeña localidad de la región de Agra, donde en un pueblo de cien familias, 80 remiten leche a un centro concentrador denominado “milk pooling point (MPP)”, que a pesar de tener calles de tierra en el lugar la Saahaj Milk Producer Co. Ltd exhibe un alto nivel tecnológico, para la recepción, refrigeración, análisis y posterior derivación de la materia prima para un procesamiento de productos encabezados por el tradicional ghee (manteca clarificada), diferentes tipos de leche, yogures, e incluso una línea de nutrición animal para sus productores.
En el lugar, quienes ordeñan en las instalaciones de la cooperativa cuentan también con un pequeño biodigestor a partir del cual se genera biogas que se transforma en energía eléctrica que le permite al poblado tener luz en las calles.
Para nosotros un litro, pero para ellos por kilo de leche cruda, el precio promedio está en unos 44 centavos de dólar. Ese dinero está haciendo que en las familias la administración económica sea más holgada, que los hijos puedan educarse mejor, que se puedan hacer inversiones en mejores forrajes, que los productores se capaciten y así seguir creciendo.
El día que la India tenga popularizada la tecnología en el primer eslabón será muy difícil correr al mismo ritmo que ellos, mientras en Argentina seguimos estancados en debates eternos como el pago por calidad indefinido o la falta de criterio conjunto para el progreso del sector. Con gigantes cooperativos como Amul o Mother Dairy la combinación de producción e industrialización, con altísima calidad y variedad de productos parece imposible de imitar desde este rincón del mundo.
En el Congreso de la FIL las mujeres fueron protagonistas. Si bien reciben capacitaciones constantes en los pueblos o ciudades donde viven y trabajan, este fue el primer evento internacional al que asistieron con especial destaque de su tarea.
Un país que tiene al menos 24 dialectos oficiales, aunque el inglés sea lengua popular, hacía dificil poder tener diálogos fluidos sobre cuestiones sectoriales, sin embargo el orgullo de pertenecer, de progresar era fácil de entender incluso cuando las cooperativas presentaban sus productos haciendo protagonistas al eslabón inicial.
Hay mujeres que manejan rodeos de hasta cien animales y los adornos de oro en sus manos, sus caras e incluso su pelo lo demuestran. Las que tienen tres vacas a cargo saben ya que el crecimiento es posible e inmediato para ellas y sus familias. Esa motivación es la que hace la diferencia y realmente las empodera, generando y administrando su propio dinero, viendo a sus entornos evolucionar.
La combinación de la tradición, el empeño laboral y el apoyo político para que un sector avance es imbatible. Las personas que mejoran sus condiciones de vida a partir de su esfuerzo, más aún a partir de la producción de la bebida más completa en nutrientes, no necesitan más fidelización con la actividad que la de saber que pueden seguir siempre hacia adelante.
Todo de lo que carece Argentina, lo tiene India. Hay que abandonar la idea de ser nosotros gigantes e imbatibles y entender que por todos lados existen quienes pueden crecer mucho más allá de las condiciones de suelo o calidad en la genética lechera en una actividad que se nos está escapando entre las manos. El estancamiento de más de dos décadas que tiene nuestro país en la actividad lechera no tiene otra responsabilidad que la de las debilidades del propio sector, de las políticas ausentes, de la falta de lobby para traccionarlas y de un contexto nacional cada vez más complejo.
Más allá de nuestras tradiciones debemos prestar más atención afuera de las fronteras para entender que crecer es posible, que mejorar las condiciones es la única manera de lograrlo.