Gustavo Idígoras es el presidente de Ciara CEC (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y Centro Exportador de Cereales), y de esa forma quien lleva la representatividad de buena parte de las exportaciones de Argentina (cerca del 50% el último año), explicadas en gran porcentaje por los productos de origen agropecuario, particularmente la soja y sus derivados. Pero además durante largo tiempo fue agregado agrícola de la Argentina en Bruselas. Conoce al dedillo cómo funcionan los intereses en el viejo continente.
Bichos de Campo aprovechó su presencia en el reciente Congreso de Aapresid, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, para dialogar sobre uno de los temas eje de dicho cónclave y sus implicancias productivas: el cambio climático, las emisiones de gases de efecto invernadero, y el rol de la agricultura frente a ese desafío. Además de ser tema de debate del encuentro, representa la agenda actual en buena parte del globo.
Le preguntamos a Idígoras que opina de la política europea que impone exigencias a los mercados que hacia allí exportan, sobre todo en productos alimenticios. El tema está cada vez más candente luego de que desde el viejo continente anunciaran que no podrán exportar aquellos que no certifiquen que los productos están “libres de deforestación”, es decir donde no se afectó la forestación nativa.
Para el dirigente empresario, esta medida está relacionada con cuestiones geopolíticas y por eso tienen un gran marketing: “Europa instaló el tema de cambio climático, no porque creía realmente en el cambio climático, sino porque veía un enemigo potencial que era Rusia, que lo tenía que desconectar de alguna manera de Europa, antes de que sucediera la invasión a Ucrania. Entonces inventó el Pacto Verde como una forma de desconexión geopolítica con Rusia”.
“Los rusos tienen una estructura de matriz energética vieja fósil, que si ellos lo desconectaban de esta manera con el Pacto Verde, empobrecían a Rusia y tenía un menor poder económico, un menor poder político y militar, y por lo tanto Europa iba a eliminar un enemigo que tenía en sus fronteras. Por eso que estamos viviendo todos estos debates de libre deforestación”, amplificó.
Además, el líder de los agroexportadores manifestó que también hay una cuota de marketing en estos debates: “Hay una razón geopolítica contundente, y hay una justificación de marketing de cambio climático. Los políticos en todo el mundo piensan en el corto plazo. Entonces, frente al temor de Putin y de algunas acciones que había hecho contra Alemania, les pareció conveniente y prudente empezar a generar esta estrategia”.
A su vez, Idígoras profundizó en su visión de la geopolítica y las medidas de comercio internacional derivadas de este conflicto comercial con Rusia: “Dijeron vamos a ponerle también, ya que estamos, barreras a otros países competidores, por ejemplo Brasil, que en ese momento venía con un presidente que no creía en el cambio climático, como Jair Bolsonaro, y dijeron, bueno, ¿qué produce y exporta Brasil? Café, cacao, caucho, carne vacuna, soja y madera. Bueno, todos esos van a ser los productos que hemos visto a través de un estudio científico internacional, que son los más perjudiciales para la deforestación mundial. Y entonces de esa manera que sacábamos afuera a Brasil y también cuestionábamos a Indonesia y Malasia, que son otros competidores de aceite de palma”, ironizó.
Mirá la nota completa con Gustavo Idígoras:
Asimismo, el presidente de Ciara-CEC analizó el impacto de esta medida en nuestro país y sobre su estructura agroexportadora. “El tema es que cuando sale la reglamentación, que salió en mayo, sale para todos los países del mundo. Entonces Argentina produce madera, foresto industria, carne vacuna y harina de soja, que es lo que exportamos a Europa. Entonces tenemos que asumir un compromiso”.
-¿Y no hay chances de pataleo?– repreguntamos… Parece que no.
“Además Europa, para evitar que haya un debate gubernamental, dice, los países no tienen nada que hacer, los que tienen que hacer algo son los empresarios. Es el exportador de carne vacuna en Argentina, un frigorífico, quien tendrá que demostrarle al importador que ha logrado que el 100% del rodeo del ganado que nació, crio y se faenó en Argentina, proviene de establecimientos que fueron libres de deforestación desde diciembre del 2020, y de por vida, y cuya alimentación en base a soja haya provenido de establecimientos también libres de deforestación”, explicó el directivo.
Para Idígoras, eso genera un castigo que además se aplicará de modo retroactivo, según sea la fecha de eventual deforestación del establecimiento productivo. “El corte del 31 de diciembre del 2020 es absolutamente caprichoso. Cuando uno le pregunta a los que escribieron esta norma, (la conclusión que saca) es porque ‘estábamos muy cansados una madrugada a las 3 de la mañana, ya no sabíamos cómo ponernos de acuerdo, y dijimos pongamos el 31 de diciembre del 2020. ¿Alguien tiene una observación? Y dijimos no, pongamos eso’. Bueno, esa es la ciencia que construye estas regulaciones”, aseguró.
Y agregó: “Eso es hacia atrás, pero también hacia adelante. Cualquiera que tenga un replanteo ganadero agrícola en Argentina o cualquier parte del mundo, no lo podrá hacer. El que ha deforestado un campo en el 2021 y quiere hacer alguna actividad en el 2025, por ejemplo de producción agrícola o ganadera, lo tiene prohibido”.
Europa avisa que no comprará más soja ni carne proveniente de zonas deforestadas a partir de 2021
-En ese contexto nace VISEC, ¿qué es VISEC?
-VISEC básicamente es una plataforma nacional que está sostenida por un software de la Bolsa de Comercio de Rosario. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires nos da un soporte anual también. Están todos los acopios, corredores, cooperativas, exportadores y asociaciones de productores y ONG ambientales, que es muy importante para la reputación social de los programas. Nadie te cree en Europa si no llevas un sello de una ONG ambiental. Tenemos 5 o 6 ONGs internacionales y locales como ProYungas.
-¿Convocaron a toda la cadena y también a ambientalistas?
-Sí, y estamos geoposicionando por año 60 mil productores con todo su lote de producción, cargándolo en una base de datos. Y esa base de datos va automáticamente a referenciar, cuando uno va a un contrato de compraventa de soja, el origen del lote de producción. Y si ese lote, por alguna razón, tuvo una deforestación superior a una hectárea, ese lote de por vida queda fuera del mercado de exportación de la Argentina. Así que, como no podemos segregar, Argentina va a lograr el 100% de exportación libre de deforestación a partir de diciembre del 2024.
-¿Tienen que ser todos? ¿No puede haber uno que falle, porque si falla alguno perjudica al resto?
-Correcto. Uno que haga las cosas mal, perjudica a los demás. Por eso va a ser un solo sistema, una sola verificación, una sola certificación y un solo sistema de cumplimiento.
-¿A partir de cuándo?
-Empezamos en marzo del 24, para que todos los productores carguen su información. Venimos hablando mucho con el Estado, porque el Estado tiene mucha información, el SISA, el RENSPA, etc. Pero también hemos descubierto que esos sistemas estatales no son tan perfectos como deberían ser.
– Las provincias son las que dan permiso de desmonte. ¿No tendrían que cruzar la información también?
-Ahí tenemos una noticia también importante. Europa no reconoce la legislación de los terceros países. Entonces la legislación de Brasil, Paraguay y Argentina no vale. Las zonas verdes autorizadas por las provincias tienen que ser excluidas para la producción de soja en Argentina, porque Europa así lo establece.
– Así como lo planteas, hay una enorme injerencia política.
-Hay un enorme condicionamiento. Europa ha llegado a la conclusión de que ellos quieren suicidar su agricultura, y quieren tratar de llevarnos a todos puestos. Y de esa manera condicionar el crecimiento de la producción y exportación, sobre todo en los países del Mercosur, o del sudeste asiático, que somos los más competitivos en el mundo. Depende mucho de nosotros nuestra habilidad y capacidad.
-¿Hay posibilidad de convertir esta pesadilla en premio?
-Bueno, este es el gran tema de debate, que también lo debatimos con los productores de los distintos países del mundo. El planteo mío fue, Europa si quiere hablar de cambio climático, debería plantear beneficios para la agricultura regenerativa. Y la agricultura regenerativa más importante del mundo es la siembra directa. La siembra directa está focalizada y concentrada en el Mercosur. Entonces nos deberían dar acceso libre, sin derechos de importación y deberían subsidiar a los importadores, Europa, tras dar los subsidios a los importadores, para pagarnos a nosotros por los servicios ecosistémicos que vendamos al mundo. Ese es un canal. A Europa, por supuesto, no le gusta esta idea.
-¿Que ellos compensen de algún modo a quienes producen bien acá y capturan carbono?
-No solamente captura carbono, sino además si reducimos la erosión del suelo, reducimos el uso de agroquímicos, el uso del agua, etc. Todo eso tiene un valor monetario. Europa no lo está reconociendo, pero vamos a insistir mucho con ese concepto, porque nos parece que es la única manera de trabajar en serio cuando hablamos de cambio climático. Y el segundo tema es que recientemente la Secretaría de Cambio Climático en Argentina publicó el primer documento para tratar de crear el mercado de crédito de carbono en Argentina. Argentina es carente de una legislación de esa naturaleza. Es una pena.
Europa no instaló nada. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad SON UN HECHO y el primer paso para frenarlos es detener la deforestación.
No se cree ni solo. Decir que nuestro campo esta libre de desforastecion es no haberse enterado de nada, todos los años tumbamos miles de hectareas en del Gran Chaco, y los Brasileros mejor no hablar (miren en google map el limite de Argentina con Brasil en la provincia de Misiones (del lado Argetnino selva, del otro soja y ganaderia).