Los precios ganaderos son los más altos de la historia, repitió en reiteradas oportunidades el analista ganadero Ignacio Iriarte. Esto se da tanto en los precios del gordo como en los de la cría, aunque en las últimas semanas comenzaron a depreciarse.
A pesar de esa caída, consecuencia de la mayor oferta, el precio del ternero de invernada que ronda los 350 a 380 pesos significa más de 3 dólares oficiales o 1,80 dólar blue. El precio del ganado para faena también se tranquilizó, pero su precio medido en dólares es similar al de la invernada.
La cría en los últimos 3 años sin dudas recuperó rentabilidad. Los precios de las vacas en todas sus categorías explotaron por la mayor demanda de China y al mismo tiempo aumentó la demanda de terneros que se convirtieron en refugio del capital.
Un informe del Ministerio de Agricultura destaca que “para la cría la situación es muy buena: los márgenes de febrero (a moneda constante) están un 9% por encima de los valores de junio de 2011 (inicio de la serie) y sólo un 2% menos que el valor máximo (de noviembre 2015)”.
Argentina sigue teniendo demasiados “tenedores” de vacas en lugar de empresarios ganaderos
Ahora bien, si se miden los márgenes estacionales de los meses de marzo, en 2020 en la Cuenca del Salado el resultado bruto según ese documento fue de 6.500 pesos por hectárea, y en marzo de 2022 de 21.000 pesos, lo que supera a la actualización por inflación.
Otra forme de expresar la mejora de la cría es el incremento del precio del ternero que es del 70% a 75% interanual y su participación en el valor del novillo que es de 64% de acuerdo a esos cálculos.
“Sin embargo esto no disparó la retención de vientres”, dijo el consultor Andrés Halle. El analista señaló que la salida de terneros con destino a la invernada este año fue de 3,5 millones de cabezas, un volumen similar al de los últimos años.
Por otra parte, hasta abril se observó una caída en la faena de vaquillonas pero esto a su criterio no es consecuencia de un mayor interés sumar vientres, sino por la inclusión de las recrías y el estiramiento de los engordes que estaría demorando el envío a faena de esos animales.
“Hay rentabilidad pero el criador está desensillando hasta que aclare. Es difícil tomar decisiones de inversión de largo plazo como hacer pasturas, invertir en infraestructura o comprar animales para mejorar rodeos y obtener resultados en unos años en un país que vive en el corto plazo”, dijo Halle.
En la misma línea se expresó Raúl Milano, Director Ejecutivo del Rosgan: “La ganadería es de ciclo largo pero la incertidumbre en Argentina es muy alta, por eso se demandan terneros para engorde que tienen un proceso productivo corto y no hembras para reposición de rodeos”.