La lechería argentina no pasa por un buen momento, no importa cuando se lea esto. La sequía, los costos de producción como el alimento de los animales, los contratos de arrendamiento, y la macroeconomía en general golpean a este sector una vez más.
Incluso en la cuenca lechera más importante de nuestro país, al oeste de la provincia de Santa Fe y abarcando también parte lindera de Córdoba, muchos tamberos se encuentran ante la disyuntiva de cerrar definitivamente sus unidades productivas y pasar a alquilar las tierras y que queden a manos de la agricultura, que tiene márgenes mucho mejores que los de la lechería.
A contramano de esta coyuntura, dos valientes hermanos del sur de Buenos Aires, allá por el Partido de Patagones, decidieron reconfigurar el negocio ganadero al que se dedicaban y poner un tambo. Si, el primer tambo del partido.
Uno de los dos valientes hermanos es Sebastián Liboreiro, que cuenta a Bichos de Campo que allá por Juan A. Pradere, al sur del Colorado, no hay experiencias de tambos, pero si al norte, donde subsisten algunos tamberos.
Cuenta Sebastián, que esa valentía surge de la necesidad: “Estamos junto a mi hermano que es mi socio, embarcados en la en una transformación de la actividad del campo familiar. Nosotros somos criadores de carne, y evaluando desde hace un par de años la evolución y el negocio de la carne, vemos la necesidad de volcarnos, o de transformar la actividad hacia la lechería. En el partido de Villarino, que está muy cerca, cruzando el Río Colorado, hay una cuenca lechera ya desarrollada y hace un par de años”.
Cuenta Sebastián que como se dedica también a la venta de maquinaria, viene observando que los tamberos del otro lado del río, de Villarino, trabajan y dentro de todo están estables. Por eso encaró esta reconversión de cría de ganado para carne a lechería.
“Nosotros vamos a ver si podemos armar el primer tambo en el Partido Patagones”, indica el ganadero.
Mirá la nota completa con Sebastián Liboreiro:
Liboreiro es consciente que su proyecto va a contramano de lo que pasa a nivel general en la lechería argentina: “Si, de eso somos conscientes. Lo vemos, lo leemos todo el tiempo. Pero también es cierto que hay una realidad distinta. Los tambos que vemos que van cerrando son familiares, de escalas chicas, con el recambio generacional en donde los jóvenes ya no quieren quedarse en el campo. Donde una alternativa podría ser la robótica. Pero es caro para esa escala de tambos, y sumado a la falta de crédito. En el caso nuestro, nosotros no somos del rubro, no somos del palo de la lechería, entonces no tenemos toda esa carga negativa del reniegue que se escucha permanentemente”.
Cuenta el ganadero bonaerense que la idea que tiene es establecer un tambo chico también, y comprar las vacas en oeste de Santa Fe. Entiende que es raro, y sobre eso tiene proyectado empezar con un tambo muy chico, comprando 100 o 120 vacas y de ahí ir incrementando hasta llegar a un rodeo que calcula de entre 400 y 500 vacas en ordeñe en un futuro. “Vamos a ver el campo también, como corresponde, porque obviamente no es lo mismo una vaca lechera que una vaca de carne” explica Liboreiro.
Si bien por estos días los Liboreiro se encuentran aprendiendo y viendo las diferentes opciones y sistemas productivos que se podrían adoptar, son optimistas de arrancar las obras civiles en poco tiempo y luego de eso comenzar a ordeñar, antes que termine 2023.