El presidente Javier Milei en el acto central de la Exposición Rural de Palermo, en julio pasado, aseguró que “ampliamos la oferta de vacunas contra la fiebre aftosa para que 200.000 productores ganaderos ya no dependan de un solo laboratorio y puedan acceder a vacunas más baratas”.
Fue después de que el ahora ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, alertara en marzo que “la vacuna contra la aftosa sale en la Argentina cinco veces lo que sale afuera”, y que el vocero presidencial Manuel Adorni anunciara el 9 de abril que “se modificará la dosis de la vacuna aftosa para que pase de ser tetravalente a bivalente. Es un beneficio para 200 mil productores que ya no van a depender del precio de un solo laboratorio y van a tener un costo menor”.
Todas esas frases terminaron en los hechos siendo solamente bravuconadas, promesas de cambio para que finalmente casi no cambie nada.
Tremendo ayer Sturzenegger sobre la vacuna de la aftosa (acá esos 30 segundos), entre otras cosas.
La entrevista completa en https://t.co/5nGa1GeGhj pic.twitter.com/YkbO0ALNT1— Ignacio Azpiazu (@Ignacio_Azpiazu) April 4, 2024
Este lunes comienza la segunda campaña contra la fiebre aftosa de 2024 y por ahora casi nada cambió. O mejor dicho, hay una sensación generalizada de que todos perdieron algo.
Para este periodo de inoculación a 30 millones de cabezas (algunas categorías mayores solo reciben una dosis por año, en la primera campaña) el costo promedio de la vacunación será de entre 1.700 y 1.800 pesos por animal. Para esta análisis de la situación tomaremos como promedio el valor fijado por la Fucosa de Entre Ríos, que será de 1.700. Ese precio surge de la suma del costo de la vacuna propiamente dicha -que los laboratorios proveedores fijaron en 1.100 pesos- y los “costos operativos”, que oscilan entre 700 y 800 pesos por animal.
Cuando el gobierno lanzó su presuntuosa ofensiva para bajar el precio de la vacuna contra la aftosa, en abril pasado, se decía que el costo por animal llegaba a 2 dólares oficiales. Y podía llegar a ser cierto en algunos casos. Lo real es que los laboratorios proveedores (Biogénesis Bagó y CDV) habían comenzado vendiendo cada dosis a las Fundaciones (un año atrás) a menos de 600 pesos y terminaron en marzo poniendo un precio de 1.450 pesos. En el medio sucedió la feroz devaluación de diciembre, con la llegada de Milei al gobierno.
Cuando Sturzenegger y el propio Milei comenzaron a meterles una fuerte presión, esos mismos laboratorios aceptaron bajar el valor de cada dosis a 1.100 pesos en abril. La decisión -según dijeron esas empresas a Bichos de Campo– es mantener ese valor en esta segunda campaña de vacunación. Eso justifica la leva baja que en algunos casos sentirán los productores. En el caso de Entre Ríos, el costo total bajaría de 1.900 a 1.700 pesos por cabeza. Aunque lo cierto es que las fundaciones y entes sanitarios no hicieron el mismo esfuerzo que los laboratorios e incluso subieron el costo operativo de la aplicación, desde unos 450/600 pesos en marzo a 600/700 pesos en la actualidad.
En el medio hay excesos que esas organizaciones jamás discutieron como corresponde y que provocan que haya casos de Fundaciones virtuosas, como la del partido de Azul que colocó el precio de esta segunda vacunación en 1.550 pesos (1.100 de la vacuna más 450 de costo operativo), frente a otros entes abusivos como el de Exaltación de la Cruz, que cobrará 2.900 por ambos conceptos, es decir unos 1.800 pesos de costo operativo. En el primer caso, además, si el productor se financia a 60 días, el valor no cambia. En el segundo, con dos meses de atraso en el pago el costo total trepa increíblemente (usurariamente) a 5.161 pesos por cabeza.
Como sea, y volviendo al promedio de 1.700 pesos, esa suma equivale a casi 1,80 dólares oficiales (953 pesos este viernes) por cada animal. Por 30 millones de dosis que se van a aplicar, el costo global de este segundo operativo sería de más de 50 millones de dólares. Más o menos el mismo que siempre.
Dos lecturas deben hacerse en este punto. La principal es que el dólar está muy atrasado en la Argentina y eso infla artificialmente los costos. La segunda es que la bravuconada de Milei, Sturzenegger y Adorni ha sido solo eso y por ahora terminó lejos de sus objetivos. Ha sido un fracaso visible.
De todos modos, el precio promedio del novillo en el Mercado Ganadero de Cañuelas se ubicó la semana pasada en 1.867 pesos por kilo vivo. Siempre se dijo que vacunar un animal contra la aftosa equivalía a un kilo de novillo, así que los rangos históricos se mantienen más allá de la cotización del dólar oficial y los excesos verbales de los gobernantes.
¿Pero habrá vacuna importada a mitad de precio, como anunciaron los funcionarios? No, no habrá.
El laboratorio Tecnovax habría ofrecido traer inmediatamente al menos 15 millones de dosis desde Brasil a mitad de precio, es decir a 1 dólar. Pero no pudo hacerlo porque las reglas sanitarias vigentes no habilitaban esa posibilidad sino que exigen que las vacunas que vayan a aplicarse sobre el rodeo bovino cumplan rigurosos análisis de potencia y calidad. Tecnovax insistió que eso no era necesario en este caso, porque las vacunas que iba a importar demostraron ser eficientes en Brasil, donde no hay focos de aftosa e incluso se dejó de vacunar. Pero el gobierno finalmente hizo oídos sordos a esa petición.
En abril, cuando Adorni anunciara que la vacuna iba a dejar de ser tetravalente (es decir, efectiva contra cuatro cepas del virus de la aftosa) para ser solamente bivalente (dos cepas) como en el resto de los países de la región, la importación comenzó a ser apenas una posibilidad remota.
En concreto el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) habilitó la posibilidad de que los laboratorios interesados en proveer la nueva vacuna obligatoria bivalente inscribieran sus productos para realizar costosas y complejas pruebas. Lo hicieron Biogénesis Bagó, CDV y también la multinacional CEVA. Tecnovax, según fuentes oficiales, quedó a mitad de camino, dudando sobre qué hacer. Para sus ejecutivos la estrategia oficial constituyó una traba innecesaria, destinada a seguir manteniendo un mercado cautivo para unos pocos oferentes. De hecho, impulsó una denuncia ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que todavía no arrojó resultados.
Pero además Senasa estableció en su resolución que la fecha de cambio de vacunas sería el 28 de febrero de 2025. Es decir que hasta ese momento los laboratorios ya habilitados seguirán produciendo lotes de vacuna tretavalente, y recién en marzo de 2025 se pasaría a producir las nuevas vacunas bivalentes. Es decir que la primera campaña de vacunación del año que viene se hará con la misma vacuna usada ahora.
Es decir que si alguna vez hubiera oferta importada del insumo veterinario, como dijo Milei, recién podría comenzar a verse en el mercado dentro de un año, en la segunda campaña de 2025.
Peor todavía, el gobierno dio marcha atrás sin mayores explicaciones con otra estrategia pensada para bajar los costos del operativo de vacunación. Sobre este asunto, Milei, Sturzenegger, Adorni y el propio Senasa guardan un llamativo silencio.
A fines de junio se conoció que el organismo sanitario tenía la intención de excluir la categoría Novillos de esta segunda campaña de vacunación que se inicia mañana lunes, ya que ese tipo de animales había recibido ya varias dosis y se suponía que goza de una adecuada inmunidad. La idea oficial era posteriormente en 2025 avanzar con la exclusión de una segunda dosis para otras categorías. Incluso Senasa llegó a abrir un periodo de consulta pública para evaluar estos cambios.
Pero con la remoción sorpresiva del veterinario Sergio Roberto como vicepresidente del Senasa a instancias del secretario coordinador de Producción de Economía, Juan Pazo, ese proyecto de recambio -que hubiera significado el ahorro de al menos 2,5 millones de dosis-, se dio marcha atrás. Así las cosas, los productores tendrán que seguir gastando en inmunizar categorías que al parece no necesitan la vacuna.
En definitiva, tras las promesas de una fuerte desregulación lanzadas por los funcionarios libertarios, casi nada ha cambiado en el negocio de la vacuna contra la fiebre aftosa. Mejor dicho, todos los sectores en puja han quedado con una sensación de derrota y retroceso.
La importación jamás fue habilitada y con suerte estará operativa en octubre de 2025, aunque es lo menos probable. Los precios siguen casi tan altos como antes (aunque en esto tiene mucho que ver el atraso del tipo de cambio). El Senasa no excluyó categorías de la vacunación para abaratar los costos. Algunas fundaciones o entes sanitarios siguen cometiendo abusos, mientras que la mayoría subieron los costos operativos cobrados a los productores. Y finalmente dentro de un año la Argentina habrá reducido la potencia de sus vacunas, de tetravalentes a bivalentes, sin que eso garantice que serán más baratas en el futuro.
Y nadie, pero absolutamente nadie, discute si en algún momento será necesario dejar de vacunar contra la fiebre aftosa a un rodeo de más de 50 millones de vacunos, dos veces al año, mientras que Brasil está tomando esa decisión con todos los riesgos que ello implica, sobre todo siendo ese país (y no la Argentina) el mayor exportador de carne vacuna del mundo.
MuchachEs……….Esa vacuna no puede ser importada a menor costo. Está de regalo ¿ de que se quejan ???
Un ganadero con 1.000 cabezas, pagarán unos 1.500 dolares blué para completar toda la vacunación