Aunque las inundaciones afectan desde hace ya varios meses a una gran porción del territorio bonaerense, lo cierto es que, si echáramos mano a una metáfora futbolística, en cada municipio parece jugarse un partido diferente. En todos ellos, sin embargo, los jugadores son los mismos: productores muy quejosos con el desempeño de los gobernantes.
Tanto Carlos Casares como 9 de Julio han sido los epicentros de ese desastre agropecuario pero también de los conflictos. Y serán, finalmente, los principales beneficiarios de la demorada ayuda estatal que anunció la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, esta semana, a 9 meses de haberse desatado la emergencia.
A la espera del encuentro del que participará junto a sus pares María José Gentile -de 9 de Julio-, Sergio Barenghi -de Bragado- y Facundo Manzoni -de Viamonte- este sábado el intendente de Casares, Daniel Stadnik dialogó con Bichos de Campo sobre la acuciante situación que atraviesa su distrito y le bajó el tono al enfrentamiento que mantiene con los productores.

Con la llegada a la zona del titular de la Agencia Federal de Emergencia (AFE), Santiago Hardie, acompañado del Director de Vialidad Nacional, Marcelo Campoy, personal de Defensa Civil y miembros del ejército, se confirma que la ayuda de Nación ya está en marcha. Funcionarios provinciales, de Infraestructura, Desarrollo Agrario, Hidráulica y otras carteras, también se comprometieron a trabajar en conjunto.
“¿Cómo no voy a estar dispuesto a reunirme con la ministra? Yo me reúno con cualquier funcionario que me pueda dar una mano. No importa que sea tarde”, comentó Stadnik, que señala que ya no hay colores políticos en el municipio, aunque sea eso lo que justamente -asegura- lo enfrenta con un sector de su comunidad local.
Ya hubo reuniones acaloradas, movilizaciones y comunicados enviados de un lado y del otro, pero la relación entre un grupo numeroso de productores y su intendente parece ya irreconciliable. De hecho, esta semana, los mismos productores confirmaron a Bichos de Campo que no descartan iniciar acciones legales contra el mandatario, que ya enfrenta cargos por no cumplir sus deberes al frente del comité de cuenca regional.
“Yo tengo las puertas abiertas y recibo a todos. Los productores que hicieron la marcha no quieren hablar conmigo”, señaló Stadnik, que opina que “ellos entendieron que la inundación fue una bandera política para ser oposición, porque representan a un partido político vecinalista”.
Lo mismo expresó en la comunicación entregada a los vecinos que asistieron a la marcha hace un mes atrás, en la que les asegura que -contrario a lo que expresan los vecinos- el municipio ha movilizado sus recursos para hacer todas las obras posibles y evitar que los pueblos aledaños queden incomunicados
En ese último intercambio, los productores le espetaban al intendente que su gobierno presenta como propias muchas de las obras que ellos mismos llevaron a cabo. “Eso es completamente falso, ninguna obra es costeada por los productores”, respondió Stadnik, que desmiente que la red de caminos se haya privatizado de facto.
De todos modos, también es cierto que el sistema no funciona como lo hizo siempre, sino que se le exige al vecino que presente un presupuesto, que el municipio evalúa y -eventualmente- aprueba. La administración se compromete a proveer el flete y la mano de obra y los materiales los paga el propio productor, que descuenta luego ese monto de la tasa Vial.

En obras muy grandes, como la que llevó a cabo la productora láctea Andrea Passerini días atrás, eso terminará de devolverse en varios meses.
Respecto a ese caso, que visibilizó Bichos de Campo, Stadnik explicó que el arreglo de ese camino de 2000 metros, entre Ordoqui y Cadret, permitió que muchos otros tambos hoy puedan mover la producción y se hizo en común acuerdo con Passerini. “Ella compró piedra, yo la fui a buscar y se la colocamos”, describió.
“Todo se acuerda con los productores y luego se imputan las tasas. Eso me ayuda un montón a financiarme”, agregó el intendente, que señala que sus cuentas atraviesan un “difícil presente” fruto de la caída en la recaudación por parte del agro. Cabe señalar que, en el marco de la emergencia agropecuaria, se exime del impuesto inmobiliario y la tasa vial a los damnificados.

A la espera de encontrarse con las autoridades nacionales, el mandatario, que es además ingeniero civil, aseguró que ya tienen en claro cuál será el pedido específico: piedras de alta granulometría.
Según señaló, ante la falta de tierra, ese material es muy efectivo para levantar los caminos, muchos de los cuales tienen hasta 1 metro de agua por encima y dejan incomunicadas a familias y establecimientos productivos. Con un piso firme, tanto vehículos como camiones podrían transitarlos.
“En esta circunstancia otra cosa no se puede hacer. No hay soluciones mágicas, ni canales ni bombas que puedan sacar de agua, ni alcantarillas por limpiar. Acá lo que falta es levantar los caminos”, explicó Stadnik.
Igualmente, cumplidos los 9 meses de emergencia, ya pone muchas de sus expectativas en “la obra más importante, el clima” y confía en que, si no hay sobresaltos y la evaporación funciona, “en febrero no debería quedar una gota de agua”.
Respecto a su tenso vínculo con los productores locales, el intendente casarense apuntó que “este es un flagelo que supera a los intendentes”, pero que “sólo algunos ya lo entendieron”. De hecho, quitó responsabilidad también a la administración provincial, que coincide con su color político, y adelantó que, por la falta de fondos para obras estructurales, ya prevén que los años subsiguientes van a afrontar los mismos problemas.
“Por eso celebro lo que venga del gobierno nacional, que es el único que en estos momentos nos puede ayudar”, concluyó.





