Brasil ya produce casi tantos vinos espumosos (no se puede decir champagne, por aquello de las denominaciones de origen) como la Argentina, un país con larga tradición vitivinícola. Le pisa los talones. Y va por más.
Más o menos así, hace treinta años, seguramente comenzó una nota pero referida a la carne vacuna, que Brasil apenas producía para su autoconsumo. Hoy es el principal exportador mundial de ese alimento y le sacó varios cuerpos a la Argentina, que se ufanaba de tener la mejor carne.
En la Argentina solemos celebrar cosas de muy corto alcance, pequeños logros de un año para el otro que disimulan en realidad un estancamiento generalizado de sectores y actividades. Así, mientras como fenómeno de fondo hay una achicamiento del área nacional implantada con viñedos, que se ubicaría en menos de 200 mil hectáreas por primera vez en la historia, el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) celebró un repunte de las exportaciones de espumantes en 2021, tanto en el mercado local como en la exportación. En realidad, fue el único rubro del sector que presentó mejorías.
En la Argentina el mercado interno absorbió 344.433 hectólitros, el equivalente a casi 34,5 millones de litros, de vinos espumosos en 2021, el 4% de la producción total de 2021. En este segmento, el mercado creció 35%,mientyras el resto de los despachos (vinos tintos, blancos y mostos) retrocedían.
Adicionalmente el gobierno destacó una “muy interesante recuperación” de las ventas de vinos espumosos al extranjero, ya que el año pasado se llegaron a exportar otros 4,3 millones de litros por un valor FOB de 17,6 millones de dólares. Esto significó un aumento del 42% en el volumen exportado respecto a 2020.
Mirado así, somos unos fenómenos y nos arrogamos tener en la Argentina -junto con Chile- el título de grandes productores de vinos en esta región del globo. Todo marcha de maravillas hasta que vemos los datos frescos que llegan desde Brasil, un país que a pesar de su tamaño y envergadura no tenía casi tradicional vitivinícola.
Según un informe de EMBAPRA (algo así como el INTA brasileño), los espumantes brasileños alcanzaron la impresionante cifra de 30,3 millones de litros comercializados en el país entre los meses de enero y diciembre de 2021, y también crecieron cerca de un 40% más que en el mismo período del año anterior.
Mientras tanto, las exportaciones alcanzaron alrededor de 935.000 litros en 2021, con un aumento del 21% en relación a 2020. La estadística corresponde a la Unión Brasileña de la Uva y el Vino (Uvibra).
Es decir que mientras la Argentina despachó en 2021 a ambos destinos cerca de 40 millones de litros de champagne, Brasil superó los 31 millones. Ya nos pisa los talones.
El Embapra explicó las razones de semejante crecimiento en el vecinos país. “Detrás de tal éxito, está la ciencia. La investigación agrícola ha ayudado a impulsar tan importante cadena mediante el desarrollo de cultivos, técnicas de manejo y procesamiento, y la caracterización de regiones productoras para la obtención de sellos de origen”, informó el organismo tecnológico.
Debido a esta asociación entre el sector de la producción y la investigación, Brasil hoy se está convirtiendo en una referencia en la elaboración de la bebida espirituosa en el Cono Sur. “Los vinos espumosos brasileños son orgullosamente únicos, con características que los distinguen de los demás productos burbujeantes de referencia en el mundo, como los champanes franceses, los proseccos italianos o los cavas españoles. Los productos nacionales se distinguen por propiedades naturales como el suelo y el clima, y por particularidades tecnológicas en el cultivo de la uva y la elaboración del vino”, explica el investigador enológico de Embapra Mauro Zanus.
Según el presidente de la Unión Brasileña de la Uva y el Vino ( Uvibra ), el empresario Deunir Luis Argenta, la vitivinicultura brasileña pasó a ser conocida y reconocida en el mundo a la luz de sus vinos espumosos. “Como son únicos por sus características particulares, atraen el gusto no solo de los brasileños sino también de los consumidores de todo el mundo. Son sencillos, versátiles y elegantes; Los espumantes brasileños reflejan los atributos brasileños y tropicales que son venerados por los consumidores”, afirmó.
Según la Asociación Brasileña de Enología (ABE), en 2021 Brasil recibió el número récord de 414 medallas, y 303 de ellas fueron otorgadas a vinos espumosos. Los premios llegaron de 18 concursos realizados en Argentina, Brasil, Canadá, Chile, España, Francia, Grecia, Hungría, Inglaterra, Luxemburgo y Portugal.
El presidente de la ABE, el enólogo André Gasperin, destacó que el espumante brasileño es único en el mundo. “La diversidad de terroirs, el conocimiento y sensibilidad de los enólogos, y las inversiones en los viñedos han contribuido a que nuestro espumante alcance el nivel de reconocimiento mundial”, afirmó. Señaló que la mayoría de las medallas ganadas en 2021 provinieron de Francia, el país del champán. “Este resultado nos enorgullece y nos motiva a seguir apostando por la bebida”.
Gasperin comenta que hay viñedos en muchos de los estados brasileños, como Minas Gerais, Paraná, Pernambuco, Rio Grande do Sul, Santa Catarina, São Paulo y Distrito Federal. “La diversidad de terroirs, algo que solo tiene Brasil, sumado a la vocación por la elaboración de vinos espumosos nos coloca en una posición diferenciada frente a otros países productores”, explicó.