En Europa la iniciativa fue del Gobierno. En Estados Unidos la demanda llegó desde las grandes cadenas multinacionales (Nestlé, McDonalds, Carrefour, Hellmans -Unilever-, etcétera). Acá parece que la mano vendrá como en Norteamérica, porque ya la cadena francesa de hipermercados Carrefour está vendiendo bajo la marca ‘Huella Natural’ los llamados huevos libres de jaula y orgánicos (foto). Por ahora es muy incipiente la tendencia y existe una sola granja abastecedora, pero los especialistas afirman que la ola será cada vez más grande y que los dos sistemas (el convencional y este novedoso) deberán convivir como pasa en otras partes del mundo.
La Unión Europea fijó allá por el año 1999 criterios para adecuar las jaulas tradicionales de las granjas avícolas, pensando en aspectos de bienestar animal, y hasta le puso número a los huevos según los distintos sistemas productivos, para que el consumidor pueda distinguirlos en la góndola.
La norma CE 1999/74 estableció que en un período de 13 años todas las jaulas en batería de la Unión Europea debían reconvertirse para seguir en producción. Este sistema se conoce en nuestro país, porque es el predominante. Se trata del sistema automatizado ‘llave en mano’ con tecnología alemana, que allí empezó a quedar obsoleto y acá vino como anillo al dedo. Con el maíz barato los productores ganaron escala rápidamente y solucionando problemas sanitarios de la mano de la tecnología.
Este sistema en batería (foto) consta de un sistema vertical de producción en donde las gallinas pasan su vida confinadas a una jaula de a grupos de 10 animales, aunque algunos suelen poner más. Es un sistema muy eficiente porque en un galpón pueden ponerse hasta 10 pisos de jaulas y el número de animales puede llegar a 30 mil.
La solución que ofrecieron en Europa para los que querían seguir produciendo bajo dicho sistema confinado luego de 2002 era la ‘jaula enriquecida’, en donde los productores debían sumarle espacio más una serie de ‘amenities’: la presencia de un nido, para que las aves puedan reposar los minutos que necesitan cuando ponen el huevo (que va entre 20 a 30 minutos), la presencia de palitos o caños que le permitan al animal ‘perchar’ (posarse apretando sus garras como lo haría en la naturaleza sobre una rama), un limador de uñas y una zona para escarbar y hacer un simil baño de arena, que le permite abrir sus plumas.
Así fue que en Europa las jaulas no desparecieron, solo que se ‘enriquecieron’. De hecho el 50% de los huevos provienen de este sistema.
Pero el gran avance fue la identificación de cada sistema en el producto final, para que el consumidor pueda diferenciarlos en góndola. Y claro que el precio resulta diferente.
En Europa se considera huevo número 3 al que proviene de jaula, número 2 al que los animales permanecen dentro del un galpón pero todos juntos, sistema que se conoce como aviario -con distintos pisos- o bien todo en un mismo piso, pero sin salida afuera (foto). Para aquellos sistemas que le permiten al animal salir la mitad del día a ‘pastorear’ se identifica su huevo como 1. Por último el sistema más chico en volumen pero que más está creciendo es el huevo Eco, con salida afuera y alimento totalmente orgánico. A ese se lo conoce como 0. Es el más caro, claro.
“Lo ideal es esto de marcar la cancha, para que cada uno juegue donde más le guste o pueda. Pero hay que salir del commoditie que es hoy y fue toda la vida el huevo en nuestro país”, identificó el médico veterinario Bernardo Kojic en Bichos de Campo. Se mostró a favor de que el Senasa defina rápidamente una serie de reglas como ya sucedió en Europa y otros países. “Porque sino van a aparecer palabras subjetivas en los envases y siempre tendrá más poder de venta los grandes que están supermercadizados. Para ser justo con el productor, que gasta diferente en cada sistema, hay que establecer la norma”, explicó.
En Argentina todavía no hay legislaciones para el huevo, pero así como llegó la demanda con fuerza de las grandes compañías alimenticias globales, puede ser rápido un avance en este sentido.
Aquí la entrevista completa con Bernardo Kojic: