Mientras de un lado de la cadena del consumo en Argentina hay un muy escaso consumo de frutas y verduras, del otro lado se tira mucha mercadería sin posibilidad de colocación, ya sea por falta de demanda o debido a los bajos precios. ¿Cómo dar respuesta a esta situación? Una forma es “a través de los Bancos de Alimentos (BdA), que son una estrategia absolutamente positiva en la recuperación de desperdicios o de productos frutihortícolas”, dijo a Bichos de Campo Carlos Otrino, secretario de la Federación de Mercados Frutihortícolas de la Argentina (Fenaomfra).
Los BdA existen también en varios países del mundo, como España y Chile, y su objetivo es el de recuperar alimentos de empresas y supermercados antes de que sean desechados, evitando así cualquier desperdicio o mal uso que estos puedan llegar a tener.
En Argentina hay una red BdA que también se dedica a esta modalidad solidaria: captura los alimentos y los distribuye entre entidades de ayuda comunitaria adheridas, y de este modo, le dan un valor social a aquellos alimentos que perdieron su valor comercial, haciendo que lleguen a las personas que más lo necesitan.
Según Otrino, que ha sido uno de los fundadores del BdA de Santa Fe, es fundamental extender estas prácticas al difícil territorio de los mercados de frutas y verduras, una tarea mucho más difícil por tratarse de productos frescos. En su caso, impulsó esta estrategia desde el Mercado de Productores y Abastecedores de Frutas, Verduras y Hortalizas de Santa Fe SA, entidad que también dirige.
El objetivo es claro: “Antes de llegar al lugar de dispensación de residuos, los bancos puedan rescatar la porción que puede ser alimento para personas, correctamente trazado, sabiendo cómo se convierte en plato de comida”, definió Otrino.
Mirá la entrevista a Carlos Otrino:
Antes de seleccionar el alimento, Otrino describió que se separa lo orgánico de lo inorgánico. Lo inorgánico tiene otra unidad de negocio que provee dinero, y lo orgánico es lo que se convierte en comida rescatada y saneada.
Pero no sólo se puede conseguir ese resultado final. Otrino agregó que “a la postre se le puede dar un proceso posterior, como (la preparación de) compost, o bien se abren otras dos ventanas de oportunidades; enviando material orgánico limpio para producir biogás que genere energía eléctrica neteada al sistema eléctrico argentino, o bien extrusarlo y en una primera etapa hacer almidón”.
También es posible “en una segunda etapa, si se pudieran lograr inversiones, obtener fibra alimentaria de un altísimo valor nutricional. Mirá todo lo que se puede hacer, incluso cuando el producto envejeció y murió”.
“Las frutas y verduras son productos vivos en proceso de envejecimiento y muerte; cuando los traemos en tiempos de crecimiento y madurez tienen un valor en los mercados y a medida que pasan los días va cayendo su valor, envejecen hasta morir y terminan en contenedores de basura. En 2013 empezamos con la idea de convertir en compost los residuos orgánicos. Pero mejor que eso fue el BdA que creamos en 2016 en Santa Fe”, describió Otrino.
Acerca del alimento que llega a la gente directo de los Bancos, Otrino aclaró que no se pueden entregar alimentos vencidos sino antes de su vencimiento. “La responsabilidad penal no se saca por beneficiar al empresario que dona, sino que se saca para aquellos que donan con alimentos que estén aptos para consumo humano. Si trampeás la ley, sos responsable”, explicó Otrino en alusión a la ley Donal, que se sancionó en 2004 y fue revisada hace un par de años, con el objetivo de incentivar las donaciones de alimentos.
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Otrino recordó que en la Argentina se pierden y desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año, mientras 32% de la población se encuentra en situación de pobreza y riesgo alimentario.
“Es emocionante ver la cantidad de platos de comida que se obtienen del rescate, una actividad que disminuye el desperdicio, tiene bajo impacto ambiental, ya que disminuye el desperdicio que llega a los rellenos sanitarios, tiene un impacto positivo en la generación de energías y buen aprovechamiento del agua”, concluyó el representante argentino de Fenaomfra en la Alianza Internacional de Promoción del Consumo Saludable (AIAM5).