Florencia Ricciuti es la directora ejecutiva de la Fundación Barbechando, el grupo que armaron hace mucho tiempo algunos productores inquietos por tratar de influenciar sobre la vida legislativa, siempre tan esquiva con el campo. Nadie mejor que ella, entonces, para hacer un balance 2024 sobre la actividad del Congreso Nacional en el primer año de gobierno de Javier Milei.
Contrariamente a lo que uno podría suponer, porque finaliza un nuevo año sin las leyes requeridas por un sector agropecuario largamente postergado, el balance que realiza Ricciuti es positivo.
“En líneas generales nos encontramos con un Congreso que ni siquiera resistía lo que veníamos haciendo con los balances antiguos, con toda la metodología que vos podías mantener, analizando cuántas leyes fueron sancionadas y todo lo demás. Casi que tiraste todo a la basura y arrancaste de nuevo”, explica como para empezar este análisis.
En ese sentido, Florencia destacó que el gobierno de Milei envió al Congreso, para comenzar, dos mega-leyes, la Ley Bases y el paquete fiscal, que escondían una gran reforma y tenían la misma complejidad que decenas de leyes anteriores. “Eso hace que corramos un poquitito de lo que son los tradicionales balances legislativos”, indicó.
Entonces, en una contabilidad mucho más política, Ricciuti destacó que el año empezó “con un Congreso mucho más aguerrido, con una posición mucho más dura, que en menos de un año terminó siendo más favorable” para la gestión de Milei, a la que le otorgó ciertas leyes que para ella eran claves y frenando otras tantas.
Eso sí, con respecto a la política agropecuaria, hubo un magro resultado. “Si me preguntás, no me voy a cansar de decir que el gran logro, lamentablemente, fue cuando llegó la Ley Bases con el aumento de derecho a exportación, más conocidas como retenciones. Bueno, el gran logro fue haber logrado que eso directamente se elimine”, dice la directora de Barbechando, en referencia a la pretensión original de Milei de aplicar retenciones generalizadas del 15% que fue abortada en esos primeros meses de 2024 por el Congreso.
-En todo caso, vos decís que el gran logro en materia de política agropecuaria fue frenar -lo trabajaron muchos diputados de distintos bloques- esa amenaza y poner un límite. ¿No te deja gusto a poco?
-Es un logro desde la resistencia, pero encontramos un Congreso totalmente variado y distinto a lo que veníamos conociendo, con un grupo de libertarios que recién estrenaban bancas y estaban empezando a hacer carrera y a entender cómo funciona el Congreso. Más allá de que nos guste o no, tiene su institucionalidad y tiene muchísimas reglas. Entonces llevó un tiempo para que se aggiornen todas las nuevas camadas de legisladores.
Pero más allá de este frenazo a las apetencias fiscales de Milei, el balance de leyes agropecuarias es mínimo. Y en eso tuvo que ver mucho el aprendizaje del propio gobierno, que bloqueó con proyectos propios los propios avances que hubo en la labor parlamentaria.
Florencia recordó que “el agro tuvo un primer impulso y una gran noticia que fue ese primer dictamen del RIDA, que es el Régimen de Inversiones para el Desarrollo Agroindustrial. Pero bueno, ahora el Ejecutivo devolvió con un RIMI (un proyecto bastante similar que se superpone al primero y que intenta promover las inversiones de pequeños actores económicos)”
,”Un poco la estrategia legislativa del Gobierno es esta. Cuando hay algún proyecto de ley que no termina de convencer, presenta una alternativa. Lo mismo pasó con biocombustibles. Después de muchísimo tiempo de negociación, el proyecto de la liga de los seis gobernadores, como el Ejecutivo no estaba de todo convencido, mandó un proyecto propio”, indicó la analista.
-Pero obviamente lo que se logra con eso es un poco enfriar o alargar mucho más los debates.
-Pero bueno, bienvenido al debate. Yo me atrevo a decir que quiero creer que es para mejorar el debate. Obviamente si vos no tenés la venia del Ejecutivo o la bendición para algunos proyectos y más que nada, para la implementación de estos. Sobre todo porque hasta los mismos legisladores están todo el tiempo actuando con que el déficit fiscal cero es un compromiso para todos. O sea que son los mismos legisladores en algún punto bastante cuidadosos con esos proyectos de ley. De alguna forma creemos en Barbechando, que esta confrontación de proyectos venga a mejorar el debate.
-¿Y le asignás chances para el año que viene a esos proyectos?
-Yo creo que el año que viene vamos a tener un año activo, al menos el primer semestre. Queremos que sea lo más parecido al primer semestre, que se abra esa ventanita que a veces queda hasta abril-mayo. Creo que vamos a tener un año activo y obviamente el gobierno va a tener que estar negociando las otras leyes, parte de su agenda. Va a tener que negociar seguramente con el PRO y una parte con los radicales. Te doy fe que hay una oposición que es muy dialoguista y que quiere colaborar, pero obviamente marcando también sus límites. Entonces, me parece que se está volviendo un juego bastante interesante, donde cada uno trata de poner lo suyo para sacar el mejor proyecto de ley.
-¿Y cuáles son los grandes pendientes que siguen quedando cajoneados eternamente? Emergencia agropecuaria, Ley de semillas…
-En realidad más que Emergencia me atrevo a decir Seguro. Y un tema que cada vez va tomando más color y del que más se animan a hablar, que es Derechos de Exportación.
-¿En serio se animan los legisladores a hablar de retenciones?
-Venimos diciendo que queda sujeto obviamente a los ajustes macroeconómicos. Pero los legisladores que en algún momento decían ‘bueno, hasta que no tengamos el aval de Ejecutivo esto no se puede’, ahora son los que dicen ‘bueno, empecemos al menos a estudiar qué hay’. Entonces van apareciendo más propuestas dentro del propio sector, más allá de las que tenemos de los legisladores. Hay hay un ronroneo interno dentro de los legisladores que quieren aprovechar para ir estableciendo agendas y, bueno, de alguna forma también ir ganando tiempo. Eso me parece que también es clave para pensar internamente en el propio sector agropecuario. Uno siempre dice que los años legislativos que coinciden con años electorales son años perdidos. Yo en lo personal te digo que sí a nivel de resultados, pero no a nivel de construcción de confianza y de laburo. Entonces hay que aprovechar: semillas, derechos de exportación, seguros, buenas prácticas agropecuarias.
-Hace años venimos hablando de los mismos temas…
-Y yo ahí pregunto, ¿el problema es de la política? ¿De qué política? ¿De la agropecuaria? ¿De la política, con mayúsculas?
-¿Y te pudiste responder a esa pregunta alguna vez?
-Sí, me pude responder. Y yo te digo primero que encontramos un Congreso distinto, con ganas. Nosotros en Barbechando venimos trabajando y casi sin quererlo, porque no esperábamos que fuese a llegar a esto, empezamos con un grupo de 8 legisladores y hoy son 58 legisladores trabajando en un espacio legislativo del agro, donde ninguno tiene vergüenza, donde ninguno se cuida. Son mesas de debate, de diálogo, donde nosotros no nos horrorizamos porque ellos no sepan del agro. Nos encanta que quieran saber más del agro. Entonces, bienvenido, abrazamos la idea 100% y al menos venimos con un año que fue para nosotros un éxito total.