En primer lugar y según las estadísticas oficiales, se está achicando la faena de hembras. En julio, sobre el total faenado que sumó 1,12 millón de animales, las hembras representaron el 42% del total, cuando en los primeros 7 meses del año el promedio fue 45% pero con un pico del 47% en junio.
El mercado de las vacas se afirmó de la mano de la mayor demanda de China. Los mejores precios pagados por la exportación a ese destino permitieron que se comercializara muy bien esa categoría; y lo que se está viendo por estos días es una firmeza todavía mayor, al tiempo que se achica la oferta por cuestiones estacionales. A medida que nos acercamos a primavera y una vez superados los tactos en los campos de cría, la oferta, que sigue siendo abundante, se va achicando y eso repercute en los valores.
En el cierre de la semana se vieron valores de las vacas realmente muy buenos. La mejora interanual del promedio de las vacas “buenas”, según la categorización que hace el Mercado de Liniers fue de 32 pesos, lo que indica una suba de 33%. En esta categoría se lograron valores de más de 40 pesos, los mismos que se obtuvieron por los novillos livianos; en tanto, respecto del promedio de agosto del año pasado, para la conserva la mejora en el precio fue de 50%.
La demanda de vacas para faena es tan firme que en muchos casos su precio supera a lo que se paga en el mercado de la cría. En el mercado del gordo las vacas alcanzan un precio por unidad de más de 20.000 pesos, cuando una vaquillona preñada se paga en torno a los 18.000 pesos, es decir, 10% menos.
Claramente las categorías de cría son las menos beneficiadas en el negocio ganadero. Si las vacas para cría casi no modificaron su valor en pesos respecto de los que había el año pasado, los terneros de invernada recibieron poco de la mejora que viene experimentando el precio del gordo. Los precios de la invernada van de los 44 a 48 pesos, los mismos que se pagan por los terneros en la venta para faena.