El Observatorio Vitivinícola Argentino, en tren de ensalzar el rol clave que cumple el sector que lo ocupa, comparó peras con manzanas: ¿Cuánto dólares y empleo genera una actividad intensiva como la vitivinicultura frente a la niña mimada de la economía, la soja, que es una actividad más bien extensiva? El ejercicio podría ser impugnado teóricamente, pero sus resultados son muy efectivos para reafirmar la importancia de la economía regional productora de vinos.
De acuerdo con el estudio, una hectárea de uva genera 5,6 veces más dólares que una de soja, mientras que 100 hectáreas cultivadas con vid les dan empleo a 72 personas frente a solo 2 personas que son necesarias para llevar adelante 100 hectáreas sembradas con la oleaginosa.
“Se trata de un aporte clave para medir el impacto real que tiene la vitivinicultura sobre las economías regionales del país”, destacaron desde el Observatorio, que es una unidad ejecutora de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) gestionada por la Bolsa de Comercio de Mendoza.
Con relación a la generación de divisas, una hectárea cultivada con uva genera exportaciones promedio por 4.800 dólares, casi el doble de lo que exporta una hectárea de maní (2.683 dólares) y 5,6 veces más de lo que la soja exporta por hectárea (857 dólares). este valore debería ser revisado ahora, a la luz del fuerte aumento de los precios de la oleaginosa.
Además, según el Observatorio, el complejo exportador de la uva (incluidas las ventas de uvas en fresco y pasas, vino fraccionado y a granel, y jugo concentrado o mosto) es un sector clave en la generación de empleos. Por cada 100 hectáreas cultivadas y en producción, la vitivinicultura genera alrededor de 72 puestos de trabajo, diez veces más que los empleos que genera el maní (siete por cada 100 hectáreas en producción) y ampliamente superador a la cantidad de mano de obra que demandan los complejos exportadores de cebada, girasol, trigo, maíz y soja (entre una y tres personas por cada 100 hectáreas cultivadas).
“Estos datos reflejan el efecto dinamizador que tiene la vitivinicultura para las economías regionales y la potencialidad para generar divisas genuinas y crear empleos en zonas rurales”, destacó Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola Argentino.
En este ejercicio de autoelogio, también se subrayó que el complejo uva con sus productos exportables llega a 108 mercados, mientras que el complejo maicero llega a sólo 66 países, el maní accede a 63 y la soja a 44 mercados. Por supuesto, que los volúmenes de esos mercados cambian y allí la soja lidera con comodidad el ránking de complejos exportadores, donde la uva aparece en la 11° posición, con 1,8% de las divisas generadas. Allí la soja multiplica esa participación por 15 veces.
Pero el Observatorio cree -nosotros también- que el desempeño vitivinícola en materia de valor agregado y generación de empleo merece otra consideración tributaria por parte de las autoridades.
“Es pertinente discutir el rol e impacto que tienen los derechos de exportación que hoy paga el sector; un menor costo por la eliminación de las retenciones nos ayudaría a ser mucho más fuertes en los mercados y crecer más en las exportaciones”, afirmó José Alberto Zuccardi, presidente de Coviar.