En el primer cuatrimestre de 2021 el consumo de leche en canales formales se redujo un 3,0% respecto del mismo período del año pasado, al tiempo que se consolidó el proceso de “primarización” de la matriz comercial láctea en línea con la pauperización social presente en el mercado argentino.
El dato más llamativo es que, a pesar de tener un valor subsidiado –en el marco del programa oficial de precios máximos (“Precios Cuidados”) establecido al sector privado por imposición del Estado nacional–, el consumo de leches refrigeradas se desplomó en un 20%, mientras que el de leche en polvo entera cayó más de un 12%.
Algunos segmentos de lácteos que venían muy castigados se recuperaron un poco en los cuatro primeros meses del presente año, pero la realidad es que, si se compara la situación actual con la registrada en los últimos años, los niveles de ventas de los productos de mayor valor agregado siguen en un “pozo”.
“Esta situación obviamente reduce el valor del mix de comercialización en el mercado doméstico con su correlato en los ingresos a salida de fábrica y su posterior traslado al eslabón primario de la cadena de valor”, remarca un informe del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA).
“La ‘primarización’ del consumo interno (75% del destino de la leche producida) en productos más básicos por su menor posibilidad de acceso, no por un problema de precios (lo cuales aún no han recuperado el deterior sufrido en los últimos tiempos respecto a las principales variables económicas), sino de ingresos, reduce la facturación industrial y le resta condiciones de competitividad a toda la cadena”, añade.
Los datos, recopilados por OCLA en base a registros oficiales, corresponden solamente a las ventas realizadas en los circuitos formales. El propio documento de OCLA señala que los datos no reflejan las “ventas que posiblemente puedan tener un comportamiento inverso al descrito”, dado que “en escenarios como el actual, donde hay un fuerte deterioro de los ingresos reales de la población, hacen que proliferen las ventas informales que obviamente ninguna estadística puede registrar”.
De todas maneras, la mayor parte de la informalidad en el comercio de lácteos se concentra en los quesos, que son, precisamente, los productos más onerosos y, por lo tanto, más inaccesibles para la mayor parte de la población argentina.