Cuando su papá la invitó a formar parte de la Cooperativa Coopsol, que fundó allá por 1989 y arrancó con tan solo 30 colmenas, Ana Laura no lo dudo ni un segundo. Como Técnica en Información Económica y Social, y casi socióloga porque la pandemia demoró su recibida, la idea de trabajar en desde la cooperativa realizando proyectos en conjunto con el Ministerio de Desarrollo le pareció muy tentadora.
“Somos uno de los grandes países exportadores de miel y buscábamos que el producto Coopsol pueda representar todo lo que significa el territorio traducido en la miel”, explicó Sayago a Bichos de Campo. La cooperativa ayudó a darle un marco de contención a pequeños apicultores que no tenían ningún respaldo. “Generalmente la informalidad conlleva a la pérdida de trabajo o a fluctuaciones que solos no pueden enfrentar”, agregó.
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Las 30 colmenas iniciales se convirtieron en 5000 y ahora 250 familias integran la organización. Cada una de ellas maneja 45 colmenas. En Coopsol estiman seguir creciendo y llegar a las 7000 colmenas pronto, Sayago, de todos modos, cree que aun falta más incentivo de programas impulsados por el Estado.
“Los programas que se piensan hoy para generar valor, escalar y crecer, realmente necesitan de una inversión mayor”, aseguró.
A pesar de esto, la cooperativa ha conseguido que desde Santiago del Estero se exporte miel envasada y lista para consumir a Francia. A nivel mundial se comenzó a valorizar cada vez más al pequeño productor que ofrece un producto con características premium y en eso ha puesto sus esfuerzos Coopsol.
“Nosotros pensamos que el mayor valor que debiéramos tener en el sector es llegar la producto final. Dejar de vender en los tambores gigantes de 200 kilos de miel y hacer que nuestro frasco llegue a exportarse”, dijo Sayago.
El programa “Productores” dedicó un programa completo a la cooperativa:
Sus productos cuentan con las certificaciones de orgánico, agroecológico y son auditables. Si bien el volumen vendido no es muy grande para ellos, la apertura de nuevos canales de venta y los esfuerzos que implica almacenar un producto final en el exterior, son cosas que para Sayago no podrían ser impulsadas por productores sin un respaldo detrás.