A pesar de que entramos en la última etapa del año y que ya se hicieron los tactos hace varios meses, la faena de hembras sigue siendo alta y roza el 50% del total de animales vendidos a los frigoríficos en los últimos meses.
La participación de las hembras en la faena se explica por la sequía, que sigue complicando a los productores de cría y obligó a un achique de los rodeos.
La falta de pasto impidió por otra parte la retención, que llevó a que se mandaran a los feedlots gran parte de las terneras y vaquillonas, y eso irá a faena en los próximos meses.
“Septiembre habría registrado nuevamente más del 49% de hembras en la faena, entre vacas, vaquillonas y terneras, un umbral que comienza a alertar tras seis meses de elevada participación” dijo al respecto la consultora María Julia Aiassa del Rosgan, respecto de este tema.
Aiassa dijo que si bien en años anteriores la faena de hembras también fue elevada, en este caso se da una persistencia de este indicador por fuera de los meses estacionales de salida de vacas de los campos de cría.
“El alerta se levanta por la persistencia de estos indicadores, aun por fuera de estos picos estacionales”, indicó.
En lo que va del año se sacrificaron 5,3 millones de hembras lo que significan 740 mil más que entre enero y septiembre del año pasado. Del total 2,35 son vacas que superan a las faenadas en esos meses del año pasado en 435 mil cabezas.
Esa faena de 2,35 millones de vacas significa más del 10% del stock de esa categoría que según datos oficiales era de 23,1 millones al inicio del año situación que se asemeja a la de 2008/09.
Según la productora y consultora ganadera “para encontrar momentos de fuerte extracción de hembras por períodos prolongados de tiempo, debemos remitirnos precisamente a los años 2008-10, asociados a un marcado proceso de liquidación”.
La analista agregó: “En el año 2008, habiendo iniciado el ciclo con 23,4 millones de vacas en stock, coincidentemente el 10% de ese stock fue enviado a faena en los primeros nueve meses del año. Como consecuencia de ese nivel de extracción, sumado a una mayor mortandad de animales y, fundamentalmente al bajo nivel de reposición de hembras logrado en ese período, el stock de vacas se vio diezmado de un año a otro en 1,2 millones de cabezas”.
Aiassa explicó que en aquellos años la liquidación de vientres derivó en una caída en la producción de terneros que llegó a 1,6 millones de animales. Ese es el pronóstico que tienen otros analistas respecto de la oferta del año que viene, algunos incluso se animan a señalar que la caída en el destete llegaría a 2 millones de animales.
“De aquella gran seca de 2008-2010 tardamos al menos 3 años en comenzar a reconstruir el stock de vacas perdido, recuperación que se consigue recién una década más tarde”.
Sin dudas la sequía es la gran protagonista de esta situación, pero también lo son las políticas anti ganaderas que limitaron la rentabilidad e impidieron más inversiones en pasturas, en reservas forrajeras, y en productividad de las vacas que hubieran acotada la liquidación que el mercado interno sufrirá el año que viene cuando no haya carne, y no haya quien pueda controlar las subas como pasó en 2010.