El presidente Alberto Fernández anunció este mediodía que los trabajadores temporarios de las economías temporales van a poder sumar a los ingresos que les deje esa fajina los de los planes sociales de los cuales sean beneficiarios, que no se darán de baja como sucede ahora en el caso de que la persona obtenga un empleo registrado.
Ahora Alberto debe estar pellizcándose porque no lo debe poder creer: la m3edida no fue criticada por nadie y por el contrario fue felicitado por tomarla de los dos costados, por trabajadores y empleadores. Es una gran prueba de que una decisión así se necesitaba, en serio.
Por un lado, el secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), José Voytenco, expresó la “profunda satisfacción” del gremio por los anuncios. “Hace años que venimos planteando la dificultad o el dilema que enfrentaban los compañeros y compañeras, titulares de planes sociales, de incorporarse a la actividad laboral temporaria y perder ese beneficio si el empleador los registraba”, explicó el gremialista.
Que, luego, exageró un poco al definir la medida como “un claro hecho de justicia social que implementa nuestro presidente y que respaldamos con toda nuestra fuerza”. Justicia social sería que no hubiera necesidad de planes sociales, y que los trabajos rurales sean pagados con salarios dignos.
Por otro lado, la entidad que más impulsó la posibilidad de que se acumulen los planes sociales con los ingresos de las cosechas, fue la CAME. “El reclamo por la falta de disponibilidad de mano de obra para la realización de tareas temporales por temor a perder los beneficios sociales, fue visibilizado en reiteradas oportunidades por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y sus entidades adheridas”, recordó esa entidad, al saludar la definición presidencial.
“El anuncio se anticipa al inicio de la temporada de cosecha 2021/22 de varios cultivos y se transforma en un guiño positivo no sólo hacia los productores agropecuarios pymes, quienes sentirán alivio frente a una problemática que ya se tradujo en la pérdida de entre un 25% y un 50% de la producción total, sino también hacia los sectores más vulnerables, que tendrán mayor protección social, más oportunidades de poder insertarse o reinsertarse en el mercado laboral y, a su vez, podrán percibir mayores ingresos”, evaluó la CAME.