La seca este año es feroz y se extiende por una importantísima área productiva. Una de las provincias más afectadas es la de Chaco, donde Oscar Muchutti tiene un campo ganadero en el que con esfuerzo y tecnología logró un buen índice de destete, del 80%, que el mal clima este año se está encargando de derrumbar.
“En lo que va del año tuvimos muy pocas precipitaciones. La media acá es 1200 milímetros por año y hasta el momento apenas llovieron 150”, explicó Muchutti, quien sufrió en carne propia las consecuencias: “Me tocó vivir un siniestro por demás horroroso. El miércoles pasado, un incendio en 2 horas no dejó nada”, relató.
Escuchá la entrevista con Oscar Muchutti:
Muchutti explica que en su zona está poblada mayormente por pequeños productores que se dedican a la cría vacuna. Su campo está en en Machagai, departamento de 25 de Mayo, en el centro sur de Chaco y a 7 kilómetros de una ruta provincial. El fuego se originó en una banquina de un campo vecino y en menos de una hora fue devorando hectáreas hasta llegar a su establecimiento.
“A veces la gente no toma conciencia del daño que pueden ocasionar los descuidos, por ejemplo de una colilla de cigarrillo mal apagada o la chispa de una moto. Ese día teníamos 50 grados y un viento norte abrasador de 50 kilómetros por hora. Fue terrorífico, mi infraestructura quedó destruida”, relató.
Muchutti tiene un campo de 900 hectáreas donde había 800 animales, para la zona dice que es una buen nivel de carga. Había allí pasturas naturales y otras implantadas en los bajos, pero con suerte le quedó el 10% de la disponibilidad forrajera. Además perdió reservas de rollos, herramientas, alambrados, tuvo que vender ganado para faena porque tenían pezuñas y patas quemada. En los alrededores se quemaron otras 3 mil hectáreas.
Y ahora de la nada tiene que levantarse: “No tenemos otra empresa que nos pueda inyectar dinero fresco para seguir”, resume Oscar. Con lo que cuenta es con la solidaridad de la gente: “Cosa extraordinaria, los vecinos, gente del lugar, los bomberos voluntarios que son impagables por la tarea que realizan, pero no se pudo controlar nada”, graficó.
Además de soportar un clima adverso, en estos casos los productores sufren el maltrato de la política. A nivel nacional se disponen de sólo 500 millones de pesos del Fondo de la Ley de Emergencia, que de todos modos suele dedicarse a otras cosas. Son 6 millones de dólares oficiales para atender a las inclemencias climáticas que pegaron por todos lados en 2020.
Muchutti cuenta que el año pasado estuvieron inundados y ahora, en el otro extremo, padecen una seca inimaginable. Por eso pide respuestas a la política que mira para otro lado. En el Chacho se ha dictado una Ley de Emergencia Agropecuaria específica ante esta sequía, pero está recién en vías de implementarse.
“Lamentamos profundamente que, a pesar de estar en zona donde normalmente hay buenas precipitaciones, el Estado no haya podido hacer las obras de infraestructura para paliar estas situaciones. Con todo lo que se ha perdido en nuestra historia, si se hubieran podido hacer las obras básicas, estaríamos mucho mejor”, reflexionó el ganadero y ruralista chaqueño.
A pesar de las pérdidas casi totales, Muchutti ya está pensando en cómo recuperarse. “Siempre tuvimos fuerza y voluntad para seguir adelante. Yo ya hice la mayor parte del recorrido de mi vida, tengo 71 años, pero tengo el apoyo de mi familia y de alguna manera vamos a ir saliendo”.