Desde la Chacra Barrow, ubicada muy cerca de Tres Arroyos, especialistas del INTA mostraron hace unos días a Bichos de Campo los resultados productivos y económicos de un ensayo realizado desde 2011, que consiste en comparar un módulo hecho bajo los postulados de la agroecología con otro cultivado de modo convencional. Agustín Barbera, un agrónomo que trabaja como extensionista de esa experimental, se muestra muy entusiasmados con los resultados, que le servirán para convencer a otros productores de dar pasos hacia una transición. “Cada vez son más”, nos cuenta.
Alambrado de por medio, Agustín se para del lado agroecológico del campo y desde allí nos explica qué deberían observar y pensar en cada uno de sus establecimientos aquellos productores interesados en abandonar la agricultura que utiliza fertilizantes y agroquímicos, para avanzar hacia ese modelo menos dependiente de los insumos externos.
Ver Luego de ocho años de ensayos, el INTA mostró los resultados económicos de la agroecología
Lo primero que hay que hacer, a su criterio, es no ser dogmáticos ni encasillarse dentro de uno u otro bando. “Tenemos que tratar de no pararnos de un lado o del otro, sino pensar que todos estamos inmersos en un mismo sistema que va tendiendo hacia un mismo lado”, asegura este becario del INTA en la Chacra Experimental Integrada Barrow.
La situación inicial de cada campo es fundamental, según Barbera, para saber cómo puede encarar una transición hacia la agroecología. “No es lo mismo si vos gastás un 50% de tu costo anual en herbicidas que en fertilizantes. La estrategia sobre la que avanzaremos dependerá de la situación inicial del campo. Y así gastaremos más energía desde el acompañamiento, en disminuir el uso de los mayores costos”, indica Barbera.
Mirá el reportaje completo realizado a Agustín Barbera:
“Lo más fácil es bajar el uso de los fertilizantes, los cuales son fácilmente reemplazables por leguminosas”, afirma el agrónomo. Para Barbera, “la vicia realiza ese manejo sistémico que siempre proponemos, porque fija nitrógeno, tiene una buena mata de raíces que va creciendo, porque produce buena cantidad de biomasa, y deja el suelo provisto para el cultivo siguiente con buena fertilidad y baja densidad de malezas”.
Ver: El INTA le hace lugar a la agroecología y hasta enseña a quienes buscan practicarla
Barbera realiza un gran elogio de la vicia como cultivo de servicio. “Hace muchos años que se usa, pero nosotros debemos buscar que se ensamble a lo que nosotros queremos lograr. La vicia, además de fijar mucho nitrógeno, tiene facilidad de competir muy bien con las malezas porque tiene zarcillos que se van trepando a las malezas y las va suprimiendo. Por eso las dejamos crecer para compita bien con la maleza”, describe.
Respecto de otras leguminosas que puedan hacer su aporte a las rotaciones agroecológicas, el joven agrónomo dice que es necesario “saber en qué zona estamos para saber qué leguminosa utilizar. En esta zona utilizamos trébol blanco o rojo, o en alguna situación de un suelo marginal usamos algún lotus. Pero la clave no es cuál será la leguminosa en sí. Que los cultivos siempre estén asociados es un pilar fundamental para la agroecología”.
Agustín afirma que los productores que quieran ensayar la agroecología tienen que cambiar sobre todo un chip en su modo de pensar. Ellos, desde el INTA, ya trabajan asesorando a más de 40 productores en transición, que involucran más de 20 mil hectáreas productivas en el centro y sur de la provincia de Buenos Aires.
Según Barbera, “el esquema es muy diferente en el sistema agroecológico. Si no queremos entrar con la herramienta del agroquímico, lo que tenemos que hacer es utilizar todas las herramientas que tengamos para prevenir los problemas. Entonces la base de todo es construir la fertilidad del suelo, que se logra con diversidad de raíces, incorporando las leguminosas, con un reciclado de nutrientes”, enumera.
Todo arranca con un suelo vivo y sano, según Agustín. Pero con eso solo no alcanza. “Si yo hago un solo cultivo, una sola variedad de especie, estamos invitando a las plagas más o menos a que vengan a comer. Entonces, tener otra especie o distintos tipos de variedades en un mismo lote también actúa como freno, porque le estamos ofreciendo un paisaje diversos a las plagas”, nos enseña Barbera.
La posición que el productor en transición debe asumir frente a las malezas también debe alterarse por completo. “Las malezas son muchas veces el cuco del sistema agropecuario. Nosotros tratamos de prevenir que estén, pero sabemos no vamos a lograr nunca que no estén. Entonces lo que hay que hacer es que convivan con otras especies”, indica el técnico. La idea es entonces “contener” la población de malezas más que “eliminar” la población de malezas.