Tal como adelantó Bichos de Campo dos meses atrás, Vicentin vendió ARSA, su división láctea dedicada al negocio de los postres y yogures, a un grupo inversor que también tiene presencia en la firma bonaerense La Suipachense.
La operación se viene gestando desde hace meses y por la inhibición de bienes que pesa sobre los dueños de la concursada agroexportadora, no pudo concretarse formalmente el traspaso de acciones, pero lo cierto es que este grupo inversor comandado por el empresario argentino Claudio Rafaniello y los venezolanos Manuel y Alfredo Fernández ya comenzó a gerenciar la empresa que Vicentin le había comprado a SanCor en 2016 y por la que pagó cerca de 100 millones de dólares.
En la actualidad Alimentos Refrigerados SA (ARSA) cuenta con dos plantas industriales, una ubicada en las cercanías de la ciudad de Córdoba, camino a la localidad de Montecristo, y otra en Arenaza, en el partido de Lincoln, provincia de Buenos Aires. Emplea en forma directa a alrededor de 600 personas y, según señalan fuentes del sector lácteo, cuenta con una cuota de mercado en el segmento de los postres del 32% y del 16% en los yogures.
En tanto, el grupo que finalmente compró a ARSA es conocido en la industria láctea local porque siete años atrás también tomó la mayoría accionaria de la local La Suipachense, que a partir de ese momento comenzó un proceso de expansión, con mayor presencia en las góndolas locales, lo que le permite actualmente estar procesando alrededor de seis millones de litros de leche al mes.
En este marco, los integrantes del directorio de Vicentin también estarían en negociaciones con otros grupos inversores para vender más activos de empresas relacionadas con el grupo.
La empresa concursada busca alivianar su situación financiera mientras espera una resolución por parte del trío compuesto por Viterra, Molinos Agro y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) respecto a una eventual oferta concreta de compra de la agroexportadora. Una decisión, por cierto, que se sigue dilatando mucho más de lo previsto.
Otra empresa íntimamente relacionada a ARSA que sigue en problemas es justamente la cooperativa láctea SanCor. La compañía que llegó a tener 17 unidades industriales y más de 4000 empleados, no logra salir de su laberinto.
Esta semana la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra), el gremio que conduce Héctor Ponce, anunció que iniciará medidas en todo el sector lácteo del país ante la crisis que atraviesa la empresa y “en defensa de las fuente de trabajo”.
Concretamente desde el gremio señalan que la actual conducción de la empresa láctea incumplió “promesas de reactivación”. En este marco confirmó que procederá “instrumentando acciones sindicales que abarquen la totalidad del universo lácteo argentino, hasta que quienes deban aplicar las soluciones de fondo, lo hagan”.
De esta manera, las principales empresas del sector están en alerta ante posibles medidas de fuerza que podrían afectar a la producción de sus plantas industriales.