En 2019 Marfrig y BRF habían anunciado un principio de acuerdo para fusionar sus negocios y así crear una las mayores empresas procesadoras de carne del mundo. La disputa por el poder frenó parte de esta operación, pero lo cierto es que en los últimos días parece haberse destrabado.
En concreto, Marfrig subió su participación accionaria en BRF hasta sumar el 33,25%, convirtiéndose así en el mayor accionista de la compañía. En ese marco, fue nombrado como presidente del directorio de BRF nada menos que Marcos Molina dos Santos, el magnate brasileño fundador de Marfrig, quien además logró nombrar a nueve de los diez miembros del directorio de BRF.
En definitiva, todo parece indicar que finalmente y luego de años de negociaciones Marfrig finalmente tomó el control de BRF y parece allanarse el camino de una posible fusión entre ambas empresas con el propósito de crear un conglomerado cárnico y de alimentos gigantesco.
Os destaques da rodada você vê aqui. Já os da churrasqueira, deixa com a gente! @marfrig_mrfg3 pic.twitter.com/6UnBmPaTlK
— BandSports (@bandsports) February 10, 2022
Molina dos Santos consiguió esta jugada luego de llegar a un acuerdo con el fondo de pensiones de los empleados del Banco do Brasil (Previ), que tiene el 5,26% de BRF desde 1990. Por lo pronto, en el índice Bovespa en Brasil las acciones de ambas firmas subieron entre el 3% y el 5% luego de conocerse la noticia.
De todas formas, juntos, BRF y Marfrig continúan generando menos ingresos que su competidora directa, JBS. Es probable que en los planes de Molina dos Santos esté buscar destronar al líder del segmento cárnico brasileño.
Mientras tanto, JBS tampoco pierde el tiempo, ya que sus operaciones no dejan de crecer, incluso logró cerrar su balance anual 2021 con un beneficio neto de neto de 20.486 millones de reales (unos 4181 millones de dólares), lo que representó un incremento del 345% respecto al año previo.
En paralelo, la gigante brasileña abrió una nueva unidad de negocios dedicada a la producción de fertilizantes para el agro. JBS invirtió alrededor de 26,5 millones de dólares para la construcción de una planta de fertilizantes denominada “Campo Forte Fertilizantes” con una capacidad de producción de 150.000 toneladas al año.
Con la entrada en funcionamiento de esta fábrica, JBS comenzó a operar en el mercado de insumos agrícolas y se convirtió en la primera productora brasileña de alimentos en utilizar los residuos generados de las propias operaciones de la compañía para la fabricación de fertilizantes.
Ubicada en Guaiçará, municipio del estado de Sao Paulo, la nueva fábrica producirá una línea completa de fertilizantes orgánicos, organominerales y especiales, utilizando residuos orgánicos y materias primas minerales.
La compañía considera que este es un negocio con “potencial de crecimiento” que también aumentará la participación de la producción nacional, ya que más del 85% del volumen de fertilizantes consumidos en Brasil proviene de importaciones.