El sector ambientalista ejerce cada vez más presión sobre la industria alimenticia, cuestionando sus formas de producir y el impacto que generan sobre el medioambiente. En tan solo pocos días, dos grandes compañías como McDonald’s y el frigorífico Marfrig sufrieron en carne propia los efectos de esta tendencia.
Esta semana se conoció que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desechó finalmente un préstamo por 200 millones de dólares que tenía en carpeta para otorgarle al gigante cárnico de capitales brasileños Marfrig. ¿Por qué? La ONG española Amigos de la Tierra, entre otras, iniciaron una serie de presiones al BID para que rechazara el préstamo durante 2021, argumentando que este proyecto no respetaría las políticas de sostenibilidad de la entidad financiera.
Concretamente los grupos ambientalistas ponen la lupa sobre la deforestación en el Amazonas y acusan directamente a los grandes grupos frigoríficos brasileños de avanzar en la tala de árboles para poder criar ganado en las zonas liberadas.
Este préstamo, que se dividía en 43 millones de dólares procedentes de Inter-American Investment Corporation y 157 millones sindicados, fue anunciado a principios del año pasado para financiar el llamado Plan Verde Plus (Verde+) de la productora brasileña, el cual estaba dirigido a impulsar la sostenibilidad de la cadena de suministro de carne vacuna.
Finalmente este año Marfrig declaró que el proyecto ya se desestimó y no realizó ningún comentario sobre el tema.
Otra gigante alimenticia que está en el ojo de la tormenta es McDonald’s. Aquí lo que está en tela de juicio es la cría de cerdos por parte de sus proveedores.
En este marco, el multimillonario y activista estadounidense Carl Icahn, que posee tan solo 200 acciones del gigante de la comida rápida, nominó a dos representantes para que formen parte de la junta directiva de la corporación.
Esta movida empresarial llegó justamente después de que el magnate declarara en Bloomberg y en Wall Street Journal que McDonald’s permite a sus proveedores que “alberguen cerdos preñados en cajas (por las jaulas) pequeñas”, en forma inhumana, y de no hacer nada para cambiar esa situación.
Desde la empresa negaron las afirmaciones del multimillonario y remarcaron que desde 2012 la cadena trabaja en un programa para asegurar el bienestar animal en todas las macro granjas de cerdos y aves que operan bajo su paraguas.
La empresa de comida rápida detalló que para fines de 2022 espera obtener entre 85% y 90% de sus volúmenes de carne de cerdo en Estados Unidos de animales que no estén alojados en jaulas de gestación durante el embarazo. Adicionalmente, señaló que espera que el 100% de su carne de cerdo en ese país provenga de cerdas alojadas en grupos durante el embarazo para fines de 2024.