Las restricciones que impuso la justicia entrerriana a las aplicaciones de agroquímicos, prohíben las pulverizaciones terrestres a 1.000 metros de las casi 1.100 escuelas rurales que tiene la provincia. Esto dejó a cientos de productores sin poder producir sus tierras, al menos en el modo convencional. El saldo da cuenta de que quedan improductivas unas 360.000 hectáreas.
La pregunta acerca de si se puede producir sin insumos químicos de la noche a la mañana, y cómo pueden seguir obteniendo rentabilidad estos productores, en su mayoría pequeños, es ineludible. “Yo quiero demostrar la verdad. El problema que tenemos los argentinos es que vale más una mentira que una verdad, porque la verdad es dura y fea. La mentira es decir que algo funciona sin haberlo medido bien y contarlo en los medios”, dijo a Bichos de Campo Adolfo Weber, productor de Entre Ríos cuyo campo de 70 hectáreas quedó prácticamente íntegro dentro de la zona de veda.
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Entonces, le preguntamos: ¿Es verdad o es mentira que los “agrotóxicos” matan? Y nos respondió: “Partamos de la base que sostiene la ciencia. Todo químico es tóxico. La diferencia entre que sea remedio o veneno es la dosis que se emplee. En eso coninciden todos los científicos, ya que en muchas cosas no se ponen de acuerdo, pero en eso, están todos de acuerdo. Entonces, si la dosis está correctamente aplicada y bien controlada, yo estoy convencido de que no matan”.
“Tengo en claro que el mundo tiene muchos químicos que no son buenos, pero no puedo aceptar que sea sólo el campo el que los tiene”, agregó, y destacó que “el problema es que tenemos 8.000 millones de habitantes cuando hace 60 años teníamos la mitad. Hay que seguir alimentándolos. Esa gente quiere vivir bien. Muchos de hecho viven mejor que antes. Lo que pasa es que los gobernantes por ahí no tienen mucha habilidad para solucionar problemas. Entonces hay que encontrar un chivo expiatorio, y ahí es donde es más fácil echarle la culpa al campo”.
Mirá el reportaje completo realizado a Adolfo Weber, productor de Entre Ríos
Ahora bien, ante la acusación de buena parte de la sociedad, de que los agroquímicos no son sanos, Weber explicó: “Sanos no son; ahora, en la ciudad, todo cáncer que anda dando vuelta se lo echan en culpas al campo. Primero que no hay pruebas científicas o alguien que pueda relacionar esa enfermedad a los químicos que se usan en el campo. Lo que sí sabemos es que, si bien en el campo se usan muchos químicos, en la ciudad se usan tantos o más químicos, sólo que están disfrazados, no se les pone el nombre y lamentablemente se usan con dosis más altas que las que se usan en el campo”.
Como modo de ejemplificar su argumento, Weber recordó: “Me espanté una vez que vino un médico de Córdoba a dar una charla, y nos contó que mueren más personas por año en la Argentina por intoxicaciones con medicamentos que por accidentes de autos. Me pareció increíble pero parece ser la estadística nacional”.
Ver: Agroquímicos: Entre Ríos redujo las distancias en torno a las escuelas y creó “unidades centinelas”
Luego, el productor recordó que “la gente no le da importancia, pero el flúor que se usa para limpiarse los dientes, se sabe que es super tóxico y se lo usa adentro de la boca. Los repelentes de mosquitos contienen los mismos químicos que tiramos en el campo, pero a eso no se le dice tóxico, sino que se le pone cualquier nombre y se lo pone en una cajita verde aludiendo a que por eso es ecológico. Lo que llama la atención es que el verde tiene más concentración de tóxicos que el amarillo”.
Entonces, ¿Por qué la ciudad se ensaña tanto con el campo y los productores?. Weber respondió que “hay varios motivos. Por un lado es fácil pegarle al campo porque somos pocos, no incidimos en los votos y somos bastante tranquilos; no salimos a pelear. Ese es un motivo. Y el otro es que hay intereses que son de otros rubros, entonces pegarle al campo significa quedar bien y no arreglar lo malo que contamina en las ciudades”.
Hay formas distintas de producir, se puede sin agroquimicos. Las producciones son más estables, resilientes ante stress. AGROECOLOGIA es la respuesta. Hay apoyo para los que hacen la transición, ya no dependerán de un paquete tecnológico, bajarán sus costos también. Ya muchos lo hacen.
Si Sonia estoy de acuerdo contigo pero para la huertita del fondo. A gran escala es una ficción. Deberían los productos usarse con buen criterio y respetando las restricciones.
Y los quinteros que no respetan el tiempo de restricción de uso de la verdura luego de las aplicaciones, los restaurantes que te fumigan encima de platos y mesas con aerosoles por las moscas, y las tabletas o frasquitos eléctricos anti mosquitos prendidos dia y noche en un dormitorio cualquiera de la RA, el uso de lavandina, de soda cáustica y el amoníacode los limpiadores hogareños………………hay que irse a vivir a una cueva y te agarra la rabia de los murciélagos, en una choza las vinchucas , en las islas el dengue.
Armonia y buen uso de los productos es la solución