Alberto Fernández no tendrá la suerte de Cristina Kirchner, que gobernó durante muchos años con los precios de los granos más altos que se recuerden. Pero si se cumplen los pronósticos sobre la campaña agrícola 2019/20 que presentó este miércoles el Ministerio de Agricultura, el presidente electo no podrá quejarse del aporte del campo, ya que se esperan cosechas que, si bien no serán récord, serán muy abundantes. Y todo en un marco de incertidumbre política, y con un clima que fue poco generoso en lluvias en algunas zonas.
En la jornada oficial sobre estimaciones agrícolas, una buena costumbre que inauguró la gestión del secretario de Mercados Agropecuarios, Jesús Silveyra, diferentes funcionarios de la cartera agropecuaria lanzaron los números que se calculan en base a los datos recopilados por la red de 40 oficinas del Ministerio diseminadas por todo el territorio productivo. En total, la suma de los tres cultivos principales (trigo, soja y maíz) se acerca a los 130 millones de toneladas. Si se suma el aporte del girasol, el sorgo, la cebada y el resto de los cultivos, la cosecha que viene no quedará tan lejos del récord de 147 millones de toneladas, tan festejado este años por los integrantes de Cambiemos.
Vamos por partes, como diría Jack el destripador.
El subsecretario de Agricultura, Luis Urriza, habló sobre el maíz, que fue uno de los cultivos que más creció en los últimos años, al calor de la quita inicial de retenciones dispuesta por el macrismo, a punto tal de superar a la soja la campaña pasada. El récord, en ese momento, fue de 56 millones de toneladas.
Para el próximo ciclo, el que le tocará al nuevo gobierno, Urriza informó una producción de 52,9 millones de toneladas, con una merma de cerca del 5%, debido sobre todo a algunas dificultades climáticas y al corrimiento de parte de la superficie que iba a dedicarse al maíz hacia la soja, que requiere una inversión bastante menor por parte de los productores. Y que por lo tanto supone menos riesgo ante la posibilidad de que el gobierno de Alberto defina una fuerte suba de las retenciones.
En este sentido, fue muy oportuna la intervención en el panel dedicado al maíz del consultor de AZ Group, Diego Pasi. Dijo que con el esquema actual de impuestos, de 4 pesos por dólar exportado de maíz, el impacto actual de las retenciones es de algo menos del 7%, lo que arroja un precio FAS teórico para la época de cosecha de en torno a 140 dólares por tonelada. Si las retenciones fueran elevadas a cerca del 12% original, el precio al productor bajaría a cerca de 130 dólares. Pero si se llevaran hasta el 20% que regía en los tiempos de Cristina, el valor interno del maíz bajaría a los 118 a 120 dolares.
“Los 140 dólares actuales permiten cubrir en muchas zonas los costos de producción en campos alquilados, pero no sobra nada. Con el esquema de 20%, en todas las zonas ese perdería plata sembrando maíz”, advirtió Pasi, dando cuenta del impacto que podría tener una mala decisión del gobierno sobre las proyecciones para el maíz y el ánimo de los productores.
En el caso del trigo, que ya se comenzó a cosechar, el funcionario encargado de dar a conocer el número oficial fue Martín Moreno, del área de estimaciones. Dijo que la siembra del cereal alcanzó las 6,60 millones de hectáreas, pero que los rendimientos ya fueron afectados un 10% en promedio por el impacto de la falta de lluvias adecuadas durante los últimos dos meses. En este escenario, Agricultura mantiene un pronóstico de 19,6 millones de toneladas, que podría ser récord si finalmente se superan las 19,5 millones de toneladas producidas del cereal en la campaña 2018/19.
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Finalmente, el economista Juan del Río, del área de economía agropecuaria del Ministerio, cabalgó sobre la figura más cotizada: la soja. En este caso, desde el Estado se calculó que la siembra (avanzada ya en un 46%) fue muy semejante a la de la campaña pasada y su ubicará en 17,1 millones de hectáreas. Lo que no se espera son los rindes excepcionalmente altos obtenidos en la última cosecha, que totalizó 55 millones de toneladas. Sin ese empujón del clima, la cosecha debería disminuir hasta 51,4 millones de toneladas, se anunció.
En todos los casos, la elección presidencial que confirmó el triunfo de Alberto, quien ya viene anticipando un retoque de las retenciones, se produjo cuando los productores ya habían tomado prácticamente todas sus decisiones de siembra. La cosecha 2019/20, que como se ve promete ser bastante buena, no se vería así afectada por el cambio de rumbo de las políticas. Ese impacto podría comenzar a juzgarse recién a partir de la siembra de trigo de la campaña 2020/21, que comienza en junio del año que viene.