La primera jornada del evento “A Todo Trigo”, que se está desarrollando hasta este viernes en la ciudad de Mar del Plata, estuvo marcada por un malestar presente entre los acopiadores y los exportadores.
Por la mañana, en el discurso de apertura del evento, Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, dijo sin rodeos que “la exportación ha roto una norma histórica cual era que el exportador siempre pagaba con el tipo de cambio que cobraba”.
“Es inadmisible lo que ha pasado desde diciembre hasta acá donde este sector se ha apropiado de una renta que no le corresponde. Se lo hemos reclamado al presidente de Ciara/CEC (Gustavo Idígoras), pero nos gustaría escuchar las palabras de los presidentes de las empresas exportadoras justificando su actitud”, agregó.
Las declaraciones de Rivara hacen referencia al hecho de que el pasado 22 de febrero las Bolsas de Cereales y Comercio de Bahía Blanca, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Rosario y Santa Fe aceptaron como válido el índice de “dólar exportación” diseñado por Matba Rofex –que ya venía usando la Bolsa de Cereales de Buenos Aires– para que dicha referencia sea aplicable a nivel nacional al momento de confeccionar contratos forwards y canjes de granos.
Sin embargo, desde entonces el empleo de esa referencia cambiaria para confeccionar forwards no se instrumentó de manera generalizada, sino como una herramienta comercial que es administrada por compañías exportadoras en forma puntual.
Ante ese panorama, autoridades de la Federación de Acopiadores pidieron en marzo al secretario de Bioeconomía Fernando Vilella que intervenga para “normalizar la comercialización” y evitar que los exportadores sigan liquidando y realizando forwards con liquidación en base al tipo de cambio comprador BNA divisa. Pero no recibieron respuesta alguna al considerar que se trata de un conflicto entre privados.
La brecha entre el “dólar exportación” (918,4 $/u$s), que reciben los exportadores, con respecto al dólar comprador BNA divisa (879,0 $/u$s) actualmente se encuentra en 39,4 $/u$s.
Rivara además se quejó que para operaciones con mercadería conforme o enviada a fijar meses atrás los exportadores pagan el 97,5% a 95,0de contado y el 2,5% a 5,0% restante a 30 días sin ajustes ni intereses.
Por la tarde, durante un panel con representantes de la cadena agrícola coordinado por Matías Longoni, director de Bichos de Campo, Rivara –con evidente malestar– retomó el tema para señalar que “no vamos a trabajar como cadena unida y sólida si tenemos diferencias internas que se tienen que solucionar”.
“No podemos estar discutiendo durante ocho meses un tema; después se hace difícil juntarnos para ver cómo resolvemos la concentración de algún que otro agroquímico en grano”, disparó Rivara en referencia a un comentario de Idígoras relativo a la necesidad de controlar los productos que se aplican en poscosecha para evitar rechazos de barcos en destino por mercadería que supera los residuos mínimos permitidos de determinados principios activos.
Idígoras, por su parte, no se quedó callado y decidió responderle a Rivara. “Tenemos décadas de políticas intervencionistas y no nos damos cuenta del nivel de intoxicación que tenemos al respecto. Este gobierno nos plantea la desregulación, pero nos acostumbramos a convivir con la extrema burocracia”. Por los gestos del presidente de los acopiadores, estaba claro que el comentario no le cayó nada bien.
Marcos Hermansson, presidente del Centro de Corredores de Granos del la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, intentó componer las cosas al mencionar que “en la medida que en toda la cadena (agrícola) no podamos congeniar y tener una interlocución única frente al administrador de turno y que cada sector plantee su problema de manera individual, eso nos juega en contra”.