Nutricionalmente se puede decir que a las legumbres, hablando mal y pronto, no hay con qué darles. Su principal cualidad es que poseen el doble de contenido proteico que los cereales, y aportan aminoácidos, hierro, zinc, minerales, vitaminas del grupo b, fibra y bajo contenido de grasa. Además ayudan a controlar el colesterol y el azúcar en sangre. Pero eso no es todo: Aapresid ahora destacó que también son claves para mejorar la diversidad y la sustentabilidad en rotaciones agrícolas, nutrir el suelo y aumentar los rindes de los cultivos venideros.
Un informe de la entidad que agrupa a los promotores de la siembra directa indica que, en el cao de la arveja y el garbanzo, si bien su consumo en Argentina no es aún tan popular en la dieta diaria como ocurre en otros países, su producción sí se ha ido popularizando ya que existen mercados que las demandan de forma cada vez más fuerte y que pagan mucho por ellas.
En el caso de la arveja, en la campaña 2021/2022 alcanzó las 105.000 hectáreas sembradas, una producción que superó las 200.000 toneladas y una exportación cercana al récord alcanzado en 2012, de 130.000 toneladas. Aunque a nivel mundial la arveja amarilla es la más demandada, en nuestro país el 95% de la producción corresponde a la variedad verde.
En lo que respecta a cuestiones agronómicas, según señaló el ingeniero Grabriel Prieto, un especialista en legumbres de INTA Arroyo Seco, la arveja tiene bajos requerimientos de fertilización y solo hace uso de compuestos fosforados en pequeñas dosis. Y gracias a su la capacidad fijadora de nitrógeno, con una buena inoculación es suficiente para cubrir los requerimientos y además, enriquecer al suelo para los cultivos sucesores.
Además, este cultivo consume menos agua que los cereales de invierno, ya que su sistema radicular no explora más allá del metro de profundidad. Su talón de Aquiles son las heladas y los golpes de calor en estadios reproductivos, por lo que Prieto recomendó adecuar la fecha de siembra.
En lo que respecta a los rindes, si bien no posee grandes márgenes de ganancia ayuda a que otros cultivos si los tengan. Según datos aportados por el agrónomo, los maíces sobre arveja han logrado rendimientos superiores al 20% en comparación con aquellos donde el antecesor es trigo. Por su parte, en soja ese porcentaje se eleva al 30%, destacó el especialista.
Pero a arveja no es la única legumbre que ha crecido de forma considerable en el último tiempo. El garbanzo también ha logrado conquistar mercados externos y su producción se reforzó en la zona dentro de Córdoba y en el norte del país.
A diferencia de caso anterior, la producción de esta legumbre si tiene más requerimientos como una recarga inicial de agua en el perfil, y un suelo suelto y bien drenado. Además precisa de temperaturas más cálidas durante su desarrollo.
La empresa Tecnocampo, que exporta garbanzos a más de 20 países, se ha enfocado en su calidad y trazabilidad para dar con los mercados más exigentes. Tal es así que ha ajustado los procedimientos de manejo durante su cuidado y cosecha.
“Para evitar la residualidad de desecantes en los granos, una buena opción es efectuar la cosecha mediante corte mecánico y luego, a los 4 o 5 días cosechar con recolector. Esto les permite acceder al mercado europeo, que si bien es el más exigente, es el más alentador en precios”, señaló el agrónomo Gabriel Masgrau, quien también se desempeña como coordinador de producción en Tecnocampo.
Una ventaja del garbanzo es que el mismo puede ser destinado al consumo animal, por lo que aquellos granos chicos o partidos que no califican para exportación no son descartados.