Una inédita resolución firmada entre los Ministerios de Ambiente y de Agricultura, publicada este miércoles en el Boletín Oficial, marca el inicio de un acuerdo fundamental entre dos líneas de pensamiento (los conservacionistas y los productivistas) respecto de lo que se debería hacer en las extensas zonas de la Argentina que todavía están cubiertas por monte nativo. Hasta ahora el debate parecía resumirse a desmontamos o clausuramos. Pero ahora parece haber consenso en que allí es posible llevar a cabo un “Manejo de Bosques con Ganadería Integrada”.
Albricias. No todo es grieta en la Argentina.
Lo cierto es que los ministros Juan Cabandié y Julián Domínguez firmaron y publicaron la Resolución Conjunta 2/2022, que determina que ambas carteras harán un esfuerzo compartido para elaborar en el término de seis meses (180 días) un “Plan Nacional de Manejo de Bosques con Ganadería Integrada”, que tendrá como objetivo general el de “promover el aprovechamiento foresto-ganadero mediante el manejo sostenible de los bosques nativos, que contemplen el desarrollo de las actividades ganaderas y forestales”.
Porque no todo es blanco o negro: se puede producir y preservar al mismo tiempo.
Como base de este trabajo, en el artículo 1° la resolución conjunta recomienda tomar el Documento “Principios y Lineamientos Nacionales para el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada”. Es el siguiente:
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Esta decisión de generar un plan para fomentar los modelos silvopastoriles podría ser el puntapié para desanudar una madeja que ya lleva años, y que se registra sobre todo en las provincias del norte del país donde -reconoce la propia resolución, “la actividad agrícola ocasionó un desplazamiento de la frontera ganadera hacia zonas marginales o extra pampeanas”.
Muchos gobiernos provinciales, que debían aplicar la Ley de Bosques con planes de ordenamiento territorial, tomaron diferentes posiciones con mucha superficie que quizás podían tener un tratamiento integrado. O bien definían esas áreas como “verdes” sometibles a un brutal desmonte, o bien las catalogaban como “rojas” y por lo tanto allí quedaba prohibida cualquier tipo de forma de producción.
La nueva disposición ahora establece un criterio de equilibrio, en el que “la ganadería integrada a bosques es una actividad permitida en la categoría II (amarilla) y III (verde) del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN), bajo la forma de sistemas silvopastoriles”.
La discusión de esta tercera vía, que cuenta con mucho impulso de los técnicos del INTA y otras experiencias, viene de larga data. En rigor, la resolución conjunta reconoce que “en el año 2014 se desarrolló una propuesta como alternativa a los sistemas de producción silvopastoril tradicionales, denominada Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI), el cual se plantea como parte de una visión integral que busca el equilibrio entre los objetivos productivos y los ambientales”.
Las resistencias ambientales a este punto intermedio, también recuerda la nueva norma, comenzaron a ceder con la Resolución 360 de marzo de 2018 del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA). Allí se calificó al MBGI como “una alternativa de desarrollo del país en materia ganadera y forestal, en concordancia con los objetivos de conservación y uso sustentable que establece la Ley 26.331”.
Todo llega y ahora parece ser el momento de redactar un Plan Nacional para potenciar este tipo de manejo silvopastoril. Para eso, la norma creó un Comité Técnico Nacional, que estará integrado por tres miembros de cada ministerio.
Esperemos que no se maten entre ellos.