Después de muchos años de investigación, finalmente este martes se aceptó la inscripción en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE) de la primera variedad de arándano ciento por ciento de origen nacional. Se trata de la creación fitogenética de Vaccinium corymbosum que sus creadores llamaron Naike FAUBA. Y esto es así porque se trata de un desarrollo conjunto entre la empresa privada Early Crop y la Facultad de Agornomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Hasta ahora, todas las variedades de arándanos plantadas en la Argentina provenían del exterior, principalmente eran desarrollos de la Universidad de Florida en Estados Unidos, que se ha especialziado en este cultivo. Dado que el país buscó posicionarse dentro de los cultivos tempranos, el material proporcionado por esa universidad se adaptaba de la mejor manera a las condiciones climáticas locales.
“El mejoramiento genético fue variado en los últimos diez o quince años. Antes era dominado por universidades como las de Florida, Georgia, Mississippi, Carolina del Norte, Michigan u Oregon. Luego empresas privadas empezaron a desarrollar variedades y la genética cambio de ser libre a ser dominada por empresas que las vendían a productores, o las utilizaban en sus propios campos”, relató Luis Taquini, gerente de producción de Early Crop, a Bichos de Campo.
Esto terminó por dificultar la situación de aquellos países que buscaban importar genéticas, no sólo por los elevados costos sino porque en muchos casos el productor quedaba atado a venderle el 100% de la producción a la empresa que le proveía la genética y los plantines.
“Por eso nosotros, juntos a la Universidad, empezamos a desarrollar variedades de las cuales Naike es la primera. Hubo un gran esfuerzo de la Universidad. Nosotros como empresa privada lo que hicimos fue probarla, no solo en nuestros campos en Tucumán sino también mandando fruta al exterior, a través de recibidores, para que la evalúen afuera. El 90% de lo que se produce se exporta y para nosotros es muy importante recibir feedback” desde el extranjero, señaló Taquini.
Así, en los últimos cinco años se enviaron muestras de las 20.000 selecciones para evaluación que la FAUBA y Early Crop realizaron. Las mismas se enviaron a Holanda y España.
-¿Cómo fue ese recibimiento?- le preguntamos al empresario.
-Fue muy bueno, sobre todo por la firmeza. Como nosotros estamos tan lejos de los mercados y los embarques son marítimos, la firmeza es sumamente importante. Ha sido muy bien catalogada. Otro valor muy importante para nosotros es el sabor. Nosotros creemos que Argentina tiene dificultades comerciales por el costo de producción que tiene respecto a otros países. Desde ya la calidad es vital. Argentina tiene una amplitud térmica que ayuda al sabor, a diferencia de lo que ocurre en Perú, un competidor que nos ha superado en producción.
-¿Qué otras características se destacan de Naike además de la firmeza y el sabor?
-Naike es altamente productiva. Una planta adulta está produciendo alrededor de 4 kilos por planta, que llevado a hectárea, según la densidad, está en el orden de los 18.000 kilos por hectárea. Es una muy buena performance. Por otro lado está la sanidad. Argentina está prácticamente volcada a la producción orgánica por el costo de producción y el precio de la fruta. Por eso uno de los factores que analizamos es la sanidad. Como los agroquímicos están prohibidos en el cultivo orgánico, solo hay unos pocos biofungicidas autorizados, que sea naturalmente resistente a enfermedades es muy importante. Naike es sumamente tolerante.
Para dar con Naike, los investigadores comenzaron a trabajar sobre variedades más antiguas o “superadas” como dice Taquini. La históricamente más popular fue la variedad O’Neal, proveniente de la Universidad de Carolina del Norte, que hace 15 años llegó a estar presente en el 90% de los campos productivos. También se tuvo en cuenta a la variedad Misty de la Universidad de Florida.
“Tomamos así sucesivos cruzamientos de las de elite y seleccionamos semanalmente la fruta, hasta dar con la cualidad buscada. Los cruzamientos los hacíamos originalmente con Gustavo Schraut, jefe de la cátedra de Genética de la Facultad de Agronomía. Después nos dimos cuenta de que por alguna causa, algunas plantas mostraban un mejor comportamiento que el de sus gemelas. Por eso desde hace ocho años inducimos los cruzamientos en el campo, en Tucumán”, explicó el empresario.
-Ahora que ya está inscripta, ¿cuándo se podría comenzar a producirse y exportarse esta variedad de arándano?
-A partir del año que viene ya vamos a tener producción para exportar, correspondiente a la campaña 2022/23.
Pronto podrían sumarse otras variedades locales de arándanos, pues en Concordia -una d elas grandes zonas productivas de esa fruta fina- entre la Asociación de Productores (Apama) y el INTA están haciendo ensayos, pensando en habilitar una nueva variedad liberada para todos los productores.
Fotos: Sobre la Tierra – FAUBA