El presidente argentino Alberto Fernández será recordado algún día como el principal promotor de la cadena de valor cárnica. Pero no en su propio país, sino en el vecino.
Al 25 de diciembre pasado, Uruguay registraba exportaciones de carne bovina por 2346 millones de dólares FOB, según datos oficiales (Inac). Seguramente terminará el 2021 con una cifra de casi 2400 millones de dólares.
En la Argentina los últimos datos disponibles indican que en los primeros once meses de 2021 las ventas externas de carne sumaron 2523 millones de dólares FOB, pero la realidad es que unos 200 millones corresponden a la categoría “carne congelada con hueso” que en realidad es hueso congelado con algunas trazas de carne.
Eso ocurre porque, con la restricción para exportar carne congelada a China, los principales frigoríficos argentinos comenzaron a enviar huesos bovinos –un producto de bajo valor que los chinos usan para elaborar caldos y saborizar guisos– con el propósito de mantener “aceitados” los canales comerciales con la nación asiática.
Las cifras argentinas ajustadas –sin considerar los embarques de hueso bovino congelado– van a terminar dando una cifra muy similar a la registrada por Uruguay, una nación con un territorio más pequeño que el de la provincia de Buenos Aires.
Uruguay aprovechó el “papelón” realizado este año por la Argentina, que de un día al otro decidió interrumpir embarques de carne bovina para posteriormente comenzar a regularlos, para atender con profesionalidad muchos de los mercados desatendidos por sus vecinos rioplatenses, tales como el chino, el israelí y el chileno, además de hacer grandes esfuerzos por consolidar las exportaciones hacia EE.UU. y desarrollar los nuevos mercados de Corea y Japón.
En términos de volumen, este año Uruguay registrará un récord histórico con embarques de carne bovina por más 400.000 toneladas peso producto, una cifra inédita logradas gracias a la “retirada” argentina.
El propio presidente del Instituto Nacional de Carnes de Uruguay (Inac), Conrado Ferber, lo remarcó bien durante una conferencia de prensa ofrecida este mes para explicar el origen del éxito cárnico oriental.
“Hasta junio (de 2021) faenamos prácticamente lo mismo que en 2019; el gran efecto de cambio que va a marcar el récord tiene que ver con el tercer trimestre, quizás con junio incluido, que marcó unos meses de zafra realmente formidables en cuanto al volumen de faena, que fue un 50% superior a la de los períodos anteriores”, apuntó Ferber quien, muy diplomáticamente, se abstuvo de mencionar el “regalo” argentino, pues ese período de explosión de faena y exportaciones coincide con el inicio de la intervención cárnica instrumentada por Alberto Fernández en la otra orilla del Río de la Plata.
La ironía final es que, mientras que los uruguayos festejan, Argentina atraviesa una crisis cambiaria por un déficit crónico de divisas, lo que obliga a las autoridades económicas a “racionar” la distribución de dólares y eso finalmente contribuye a fomentar la escasez de muchos insumos y bienes básicos en el mercado argentino.