Hace unos pocos días, el miércoles pasado, la Brigada de Prevención Delitos Rurales Feliciano realizaba controles sobre unas tropas de vacunos que se estaba acopiando con fines comerciales. Rutina.
En esto estaban los policías cuando se encontraron con que había un lote de 13 vacunos de raza Angus, tanto colorados como negros, que se encontraban recientemente marcados. ¿Qué quiere decir esto? Imagínense que alguien intentó borrar con una marca a fuego otra que era diferente. “La situación llamó la atención de los policías que se observaron otra marca de vieja data en los semovientes”, se indicó en lenguaje policíaco.
Alguno debe haber pensado que no conviene robar de a 13 vacunos. Es el número de la mala suerte.
Nacida la sospecha de que alguien intentaba disimular la verdadera propiedad de esos 13 bovinos, los policías “procedieron a realizar una constatación más exhaustiva sobre dichos animales por manga, dónde se dieron cuenta que la marca de vieja data (en realidad la marca que se intentaba esconder), correspondía al presidente de la Sociedad Rural de Chajarí, quien posee animales en la zona de La Verbena, en el departamento Feliciano, campo lindero del empleado rural que había llevado los animales” con intención de rematarlos.
El productor damnificado se llama Héctor Reniero, y además es el prosecretario de FARER (Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos). Hace un mes le tocó hablar en la inauguración de la Exposición Rural de Chajarí. Como buen dirigente rural, recordó que “los reclamos, en su mayoría son siempre los mismos: caminos rurales, impuestos, retenciones, impuestos que se pagan”, y solicitó “una reforma tributaria urgente y la reducción en el gasto público”. También reiteró los planteos por “un cierre de exportaciones de carnes que no se consume en nuestro país, que nos ha hecho perder millones de dólares por un capricho ideológico al sector”.
Cuenta la crónica publicada por el diario zonal Río Uruguay que ante el hallazgo de los 13 bovinos robados, la policía consultó a Ranieri y le preguntó por esos animales. El dirigente rural confirmó que se los habían robado dentro de un grupo más grande, que él no los había vendido y mucho menos al cuidador del campo vecino.
“En ese marco se radicó la inmediata denuncia judicial por el Delito de Abigeato, procediendo los uniformados al secuestro de los animales, los que tenían un valor mayor al millón y medio de pesos”. Luego, dice la crónica del hecho delictivo, “se continuaron con tareas Investigativas del caso, las cuales arrojaron otras medidas judiciales realizando allanamientos en zona de La Verbena con resultados positivos”.
¿Por qué positivos? Porque en los operativos no solo se puedo secuestrar “un rifle calibre 22, una pistola marca Bersa calibre 22 y telefonía celular”, tres cosas que a los policías siempre les gustan. También había en el campo del vecino “tres vacunos más de estas mismas características”. Eran de Renieri.
Y sin embargo, identificado el supuesto autor del robo de ganado, el hombre fue dejado en libertad mientras continúa la investigación que se lleva a cabo en la Fiscalía de Feliciano. ¿Hay mucho más por investigar? Al parecer si, porque al dirigente rural le faltan todavía 8 bovinos. Es decir, estaban los 13 que iban a ser rematados, otros 3 hallados en el campo vecino y estos 8 de los que todavía no se tiene rastro.
Mala suerte la del ratero. Venir a robar hacienda justamente del campo de uno de los dirigentes de FARER.
La entidad, por lógica, apuntó todos sus cañones contra un sistema de seguridad que no impide los casos de abigeato, que se cuentan de a decenas y que rara vez terminan con el delincuente preso. En rigor, un comunicado de la entidad ruralista declaró que la impunidad es tanta que el hecho de que “el damnificado sea una autoridad gremial no cambia nada”.
Buena suerte la del ratero. Al parecer nadie cae preso por el delito de abigeato en Entre Ríos.
FARER, en este sentido, apuntó algunas cosas sobre este suceso. “El haber estado cerca del caso, ayuda a echar luz sobre ciertos accionares de las autoridades que es bueno poner en consideración”, dijeron los ruralistas entrerrianos, que elogiaron “un buen trabajo del Brigada de Prevención Delitos Rurales” pero criticaron a “una Justicia lenta y sin reacción”, que dejó libre a quien había sustraído los animales de Reineri.
“La ausencia de diligencia y medidas concretas en el caso que estamos relatando por parte de la Justicia merece la reprobación pública”, cuestionó FARER en un comunicado. Allí añadió que “sabemos que muchas veces la indiferencia de algunos resortes judiciales es alarmante. Para colmo, este accionar perezoso que muchas veces deja impunes los delitos, es también un incentivo para la reiteración de fechorías”.
En ese sentido se apuntó que “tristemente este hecho no es aislado. Es uno más de tantos episodios de similares características que vienen teniendo lugar en toda la provincia. La reiteración de los mismos transmite una sensación concreta de inseguridad y desamparo para los productores que observan absortos el desdén de la Justicia”.
FARER es la entidad de la cual proviene el presidente de CRA, Jorge Chemes. Desde allí s eafirmó que “no nos cansaremos de pedir compromiso y sentido de la responsabilidad al sistema judicial entrerriano, que muchas veces con su actitud dilatoria echa por tierra los enormes esfuerzos de los productores y de las distintas brigadas de Prevención de Delitos Rurales”.