Quedó muy claro, tras la presencia de los presidentes de las cuatro entidades agropecuarias este fin de semana en la Exposición Rural de Río Cuarto, que la Mesa de Enlace esperará a conocer el resultado de las elecciones PASO antes de anunciar los datalles de su protesta contra el cepo a las exportaciones de carne vacuna, que el gobierno extendió hasta el 31 de octubre. No es lo mismo encarar contra un gobierno que salga debilitado que fortalecido del proceso electoral. Allí está concentrada la atención pública en este momento.
Mientras tanto, los ruralistas aprovecharán estos días de tregua forzosa para arreglar algunas cuítas internas muy evidentes, que siempre actúan debilitando el variopinto frente agropecuario. En la conferencia de prensa que brindó junto a sus colegas en Río Cuarto, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, anticipó una de estas movidas, que pasó desapercibida: la Mesa de Enlace reclamará que uno de los suyos concurra siempre a cada reunión que mantengan con las autoridades los coordinadores del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).
Hasta ahora, la representación de esa coalición de más de 60 entidades del sector agroalimentario la han asumido el presidente de la Bolsa de Cereales, José Martins, y el titular de los exportadores de aceites y creales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras. Y a la hora de hablar de carne con funcionarios del gobierno, siempre se sumaba al coordinador de la Mesa de las Carnes, Dardo Chiesa.
En los hechos, que la Mesa de Enlace exija tener siemrpe a uno de sus integrantes en todas esas negociaciones del CAA con el gobierno implica una suerte de veto hacia Chiesa, que curiosamente proviene de las filas de CRA. Y muestra cierta desconfianza hacia el Consejo, que siempre es citado por los funcionarios nacionales como el único interlocutor valido del gobierno con el agro.
Los días de pausa que restan hasta después de las PASO le permitirán a la Mesa de Enlace tratar de tejer nuevas alianzas justamente con otros sectores de la cadena de ganados y carnes, pensando en la posibilidad dellevar a cabo una medida de fuerza mucho más contundente que el cese de comercialización de ganado que se llevó a cabo a fines de mayo, cuando comenzó la intervención oficial sobre las exportaciones de carne.
Ese frente se mostró unido hace un par de semanas en un almuerzo realizado en la sede de la SRA, e incuso emitió un documento conjunto que mostraba el daño que se hacía a la cadena productiva con el cepo a las exportaciones. Pero en las últimas horas, con la extensión del cepo consumada y los anuncios de una nueva protesta agropecuaria, solo se han visto solidaridades de parte de los consignatarios y de los matarifes. Los frigoríficos, con el Consorcio ABC de Mario Ravettino a la cabeza, se han desmarcado de la posibilidad de participar de una escalada en contra del gobierno.
En un gris están los sindicatos de la carne. En las últimas jornadas hubo dirigentes sindiales que alzaron su voz denunciando despidos por parte de los frigoríficos, pero esto no significa que vayan a coincidir con los ruralistas en un paro de actividades, como desearía la Mesa de Enlace.
“Estamos abriendo el espectro para incorporar a diferentes sectores, porque el problema no es solamente de un eslabón”, indicó el titular de CRA, Jorge Chemes, en la conferencia desde Río Cuarto. Así las cosas, por ahora la pelea se va en ambages, pues el plan de protestas de la Mesa de Enlace “recién empieza”, al decir de este ruralista.
“Sin duda esta es una lucha que recién empieza y que gradualmente irá incorporando a quienes decidan hacerlo hasta que llegue a ser una manifestación sumamente importante de lo que es la cadena”, blanqueó el dirigente. Los resultados de las elecciones primarias sin duda reducirán o aumentarán las fuerzas de la coalición anti-cepo, según salga fortalecido o debilitado el gobierno de Alberto Fernández.