Desde el sector porcino indicaron que se está produciendo un proceso de concentración similar al que se da en la actividad lechera y que, para no desaparecer los pequeños y medianos productores deben buscar formas de asociarse. “Si el pequeño productor porcino no se asocia, transformando su pequeña escala en otra más grande junto a otros productores, desaparece”, alertó Marcelo Arzú, médico veterinario y asesor porcino, a Bichos de Campo.
Para Arzú, “hay una tendencia a la baja en el precio del capón y eso perjudica al pequeño productor que no puede producir su propio maíz ni tiene acceso a la tecnología. Ese productor no puede ser absorbido por otro más grande, por ende desaparece. Y así vemos emprendimientos de hasta 8.000 madres que van suplantando a esos 150 pequeños productores que desaparecieron”.
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“Las variables en el mercado de granos, con la sequía instalada en Argentina, lleva a que el precio de los granos suba, lo que repercute negativamente en el pequeño productor porcino. La quita de retenciones al maíz llevó a un aumento del 40% en los costos de producción porcina, lo que no se trasladó al capón. Cambio Rural parece ser un buen programa de apoyo que permite que los productores puedan asociarse, pero la falta de acceso al crédito lo complica”, comentó Arzú.
Asimismo, Arzú comentó que “la explosión que tuvo la producción porcina en los últimos 12 años es espectacular, llegando hoy a un consumo de 15 kilos por habitante por año, pero desde el punto de vista productivo, no estamos bien. El 80% de los productores porcinos argentinos tiene menos de 100 madres instaladas. El 15% de ellos tienen entre 100 y 200 madres, y sólo el 1,5% tiene más de 500 madres. Es decir, muy pocos productores participan con el 60% de la producción de carne de cerdo en el país. Del otro 40% participan los productores más pequeños, lo que te da una pauta de la situación”.