Hace 18 años que Rosina Leicht Ziegler trabaja en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), donde desde 2002 fue secretaria privada de las distintas presidencias que pasaron por ese organismo. Cuando las consultas de usuarios de plataformas de compra y venta digitales comenzaron a acumularse en mesa de entrada, el Senasa entendió que había un vacío en la fiscalización de los productos e insumos para el agro que circulaban por la web.
¿Casualidad o causalidad? Con ese universo digital nuevo por explorar, todos los ojos pasaron a estar puestos sobre Rosina. “Hace 12 años que opero en Mercado Libre como compradora y vendedora. La gestión anterior me pidió si me podía sumar a la parte operativa y detectar con las áreas técnicas cuáles eran los temas más sensibles y cómo abordarlos”, contó a Bichos de Campo la mujer que ahora coordina el Programa de Fiscalización y Monitoreo en medios digitales de esa entidad.
Desde el 2012 Senasa sostiene un convenio con la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para articular estas áreas de trabajo. Desde el año pasado comenzaron a operar en conjunto con Mercado Libre, la empresa de Marcos Galperin, para controlar publicaciones y perfiles que ofrezcan productos veterinarios y farmacológicos destinados a mascotas, animales no domésticos, alimentos para animales sin registro, fertilizantes, fitosanitarios, u otros insumos que violen las normativas vigentes.
Leicht se enorgullece al pensar que es el primer convenio que Mercado Libre -la plataforma de comercio electrónico más grande Latinoamérica y que abarca el 86% de la venta electrónica en Argentina- firma con un organismo sanitario.
Luego de presentar un informe detallado de cómo evolucionaba el convenio ante las nuevas autoridades, que ingresaron al organismo en diciembre del año pasado, los números que se manejaban en la detección de infracciones mostraron la necesidad de ampliar esfuerzos. “La realidad es que hasta que uno no toma conocimiento del gran universo que es el comercio electrónico no puede dimensionar lo que ve porque no lo ve. El Senasa nunca tuvo presencia”, afirmó Leitch.
Luego de intercambiar experiencias con la ANMAT, que trabaja hace 8 años realizando fiscalizaciones, la ahora ex secretaria armó un proyectó que presentó a las autoridades, donde se proponía ampliar la cobertura y realizar controles más allá de Mercado Libre. Ella justificó la propuesta afirmando que no se deber tener una mirada sesgada porque sino la vista sería “sólo de un árbol y no del bosque”.
El objetivo del programa es proteger al consumidor y darle herramientas para identificar qué producto está comprando. El principio rector es la concientización más que la prohibición y el castigo.
“Es más la cantidad de normas que uno desconoce que las que conoce. Hay gente que comercializa sin saber que hay un marco regulatorio. Cuando vos prohibís, generás un canal paralelo mucho más grande, al que es difícil de acceder”, dijo Leicht.
Agregó que “el que quiere acceder de forma sencilla a un compuesto químico probablemente no lo busque por internet y lo consiga igual.”
Hasta el momento, se han detectado 12.450 publicaciones en infracciones y han sido dadas de baja. De ese total de productos, 10.965 reportes correspondían a artículos o productos veterinarios, farmacológicos, y animales cuya comercialización está prohibida; 867 reportes corresponden a artículos como alimentos para animales, productos orgánicos, ecológicos y biológicos y 708 reportes, corresponden a artículos como agroquímicos, fertilizantes y plantas, entre otros.
La mayor cantidad de infractores se encontró en la provincia de Buenos Aires y en CABA, seguido por Córdoba, Santa Fe y Mendoza. La gran incidencia de este programa puede observarse en la actualización del listado de Productor Prohibidos por parte de Mercado Libre, que se encuentra en sus “Términos y Condiciones de Uso del Sitio”.
Rosina, el cerebro detrás de este programa, destaca que la iniciativa en primer lugar permite transparentar la operatoria comercial online al 100%, convirtiéndola en auditable y trazable. “Como organismo público tenemos que poder rendir cuentas”, dijo.
En segundo lugar, el programa no consume ningún insumo material por lo que es amigable con el ambiente, y por último no genera erogación alguna del estado.
“Las buenas iniciativas no necesariamente tienen que generar un gasto presupuestario. Se trabaja con profesionales y técnicos del Senasa, no se sumo gente al equipo”, concluyó.