El Gobierno acaba de autorizar un aumento para los combustibles de 4,5% y el sector agropecuario es uno de los afectados por el incremento, ya que es el gran consumidor de gasoil. Además, hay que señalar que mientras se aprueban estos incrementos las plantas que producen bioetanol de maíz y azúcar y biodiésel de soja tienen el precio congelado desde diciembre y sus reclamos de actualización no son atendidos.
En definitiva, les permiten a las petroleras incrementar ingresos y les congelan algunos insumos como los biocombustibles. Como tantas otras veces queda a las claras quienes tienen poder de lobby y quienes son la prioridad para las autoridades nacionales.
Con respecto al aumento en los combustibles, el ingeniero Matías Lestani quien es el responsable de los estudios económicos de CRA, dijo que “cuando se multiplica ese aumento en el precio, donde produce un cambio de 2,6 pesos por litro, llegás a los 7.200 millones de pesos adicionales que el sector va a aportar” al negocio petrolero.
Escuchá las cuentas que hace Lestani:
Pero además de las empresas de hidrocarburos, se beneficia el Estado por la carga impositiva de los combustibles, que también aumenta 4,5% pues viene incluida en el precio. “En cada boleta hay 36% de impuestos. Hay un 21% de IVA e impuestos a los combustibles líquidos que representan 2.650 millones de pesos aportados por el sector”, aclaró el analista de CRA.
Según Lestani, en este contexto hay un “desbalance” entre los aumentos que va soportando el sector y los que tiene el sector petrolero, ya que “tiene al barril criollo como herramienta anticíclica, lo que a los consumidores les cuesta 4,3 millones de dólares por día”.
Frente a esta ayuda, el sector rural dispone del “fondo de emergencia agropecuaria agropecuaria, que es el único anticíclico del agro y que está fijado en 500 millones de pesos (dsde 2009), lo que significan 6 millones de dólares oficiales”. Si esa cotización se tomara al valor blue serían apenas 3,8 millones de dólares para atender emergencias climáticas como las que se vienen en un año en el que la seca parece que va a pegar duro.