Las inundaciones en muchas zonas productivas de la Argentina causaron daños importantes sobre la producción agrícola y ganadera. Para Ignacio Iriarte, analista de Informe Ganadero, el efecto aún no es cuantificable. “Estamos todavía en etapa de estupor, donde no podemos medir lo que pasó en muchas zonas, sobre todo debido al último golpe de agua”, expresó en el programa Bichos de Campo.
Para Iriarte, “hay dos universos, uno es el tecnificado, de la explotación mediana a grande que cuenta con reservas y que está pasando un invierno muy benigno con estado de verdeos y praderas extraordinario. Ese sector no registra una mortandad importante y es el que tiene estadísticas de las pérdidas que se ven al momento”.
En el otro extremo, “también está el pequeño productor ganadero, el cual, debido al estado calamitoso de muchos caminos, no puede siquiera ingresar a su campo para ver sus animales, por ende no puede sacar la hacienda ni darle alimento. Ese productor aún no puede cuantificar”.
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El analista recalcó que “si bien la foto no indica una mortandad importante en el corto plazo, y que el productor de la Cuenca del Salado armó una mecánica sólida de defensa por la cantidad de inundaciones que arrastra desde los últimos 20 años, las vacas están perdiendo estado corporal y eso no podemos negarlo. Estimo que el próximo destete será menor a los 14 millones de terneros y el próximo servicio en primavera no será auspicioso, ya que el agua va a tardar mucho en retirarse”.
En este sentido, Iriarte estimó una mortandad superior a la normal. “Este fenómenos afectará a terneros y vacas. Si la mortandad normal la calculamos históricamente en 2% grado adulto, la esperada este año duplicará el índice. Esto se va a sentir en los servicios de 2017, parición de 2018, destete de 2019 y producción de carne 2020”, enumeró.
Por último, el especialista ganadero dijo que puede haber una mirada positiva de todo esto. “Para aquel que aguante esta situación y cuide sus animales, verá una recuperación de la demanda interna, aumento de exportaciones y una menor oferta. A todo esto, la producción del rodeo subirá este año, lo cual es una noticia auspiciosa. Se calculan entre 800.000 y 1.000.000 de cabezas más que el año anterior, y el consumo interno lo está asimilando”.