Sebastián Senesi, director del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), cree que el agro argentino está “en un momento de pausa, que lleva ya dos a tres años”, y que por eso no llegan a los productores nuevas innovaciones y tecnologías. Describió que esto es consecuencia de “un proceso de alta incertidumbre a nivel macroeconómico en el que se frenan todas las inversiones y aquello innovador y disruptivo queda parado por temor, por el costo de capital. Nadie quiere invertir si todo se lo termina llevando otro actor”, explicó.
En diálogo con Bichos de Campo Senesi se preguntó “¿Para qué innovar si los mejores márgenes se obtienen con la receta básica? Eso es lo que genera que no haya inversiones, que no tengamos un salto competitivo”.
Si bien la Argentina tuvo un proceso de transformación tecnológica importante en los últimos quince o veinte años, “en términos institucionales (normas) y organizacionales (jugadores) estamos muy atrasados. La innovación no es exclusivamente tecnológica”, recalcó Senesi. En ese sentido, consideró que la innovación “tiene que atravesar a las organizaciones con nuevos modelos de negocio y recursos humanos, atravesar la institucionalidad”.
Aquí la entrevista completa con el docente de la FAUBA:
“No podemos regirnos con las mismas reglas de juego de hace 50 años si queremos ser disruptivos”, advirtió el experto en agronegocios.
En esa línea, Senesi llegó a hacer una analogía entre el agro argentino y el fútbol: “Es como tener a Messi, pero jugando con el pasto alto, la pelota desinflada, sin el área marcada y sin saber cuándo es penal o no”. Al tiempo que aclaró que cree que “lo disruptivo vendrá cuando no haya nubes en el horizonte”.
Senesi planteó que “de esta encerrona salimos con un fuerte cambio en lo individual y organizacional”. Recomendó: “Hay que hacer un mea culpa desde las universidades, tener proyectos y currículas que estén a la altura de las circunstancias. Y que las organizaciones entiendan que vamos hacia un mundo que tiene que ser sustentable en lo ambiental, económico y social”, destacó.
Aclaró que esta trasformación en el modo de ver las cosas debe incluir necesariamente al Estado, “que se tiene que poner a disposición”, agregó.
De lo contrario, si solo “quedamos a la espera de una disrupción tecnológica que sea masivamente adoptada y nos levante 20 a 30% los rindes, eso nos va a salvar, porque es cortoplacista”, reconoció el director de la FAUBA.