Entre los retoques en el esquema de retenciones que analiza el gobierno, además de una suba de tres puntos en el tributo que paga la soja, se analiza una suba de los derechos de exportación a la carne vacuna con hueso, según se anticipó en una crónica que nuestro editor, Matías Longoni, escribió para Diario Perfil. La intención oficial no es subir la presión fiscal sobre la cadena ganadera, sino establecer diferencias tajantes para evitar “una fuga de los asados” hacia China, como ha sucedido en los últimos meses.
Escribió Matías en Perfil que “el jueves por la tarde los dirigentes de la Mesa de Enlace salieron del despacho de Luis Basterra, el ministro de Agricultura, entusiasmados con la posibilidad de llegar a dar vuelta la decisión oficial de subir otros 3 puntos (o un 10%) las retenciones a la soja. Es que en esa reunión el Gobierno aceptó abrir un compás de negociación para hacer ciertos retoques a la estructura de derechos de exportación (DEX) que se le cobran al agro. Entre estos cambios figura uno que fue confirmado por varias fuentes: para evitar una fuga del asado hacia China se establecería una retención bastante más elevada para los cortes vacunos con hueso”.
Es casi una definición tomada que la carne vacuna tendrá dos alícuotas diferentes y no una única como en la actualidad, y que es de 9% desde diciembre pasado. Según fuentes del sector frigorífico que están negociando este tema directamente con Basterra, la idea sería retrotraer ese tributo al 5% para el caso de los cortes procesados de mayor valor agregado, como en tiempos del macrismo. Pero a la par se aceptará que los costillares y otros cortes con hueso deban dejar en la Aduana un 12% de su valor de exportación.
Con esta definición, el gobierno “intentará neutralizar la creciente tendencia a la exportación de ese tipo de cortes”, especialmente hacia China. Eso, para quitarn estímulos para que los precios de la carne sigan subiendo en el mercado local. En 2019, la carne redondeó un incremento del 60% y el precio promedio de un kilo al consumidor llegaba a 325 pesos en enero pasado, según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna.
Dice la crónica de Perfil que “desde hace un tiempo que en el Ministerio de Agricultura barajan esta posibilidad de establecer retenciones diferenciales para la carne vacuna, en especial desde que China habilitó unos cuantos meses atrás el ingreso a su gigantesco mercado de carne enfriada y de cortes congelados con hueso”.
Hasta ese momento, lo único que llevaba el país asiático (que pasó a ser el gran cliente argentino, concentrando el 75% del total de nuestras ventas) era carne congelada sin hueso. Pero a partir de julio de 2019 esa situación comenzó a cambiar. Y los cortes con hueso ganaron mucho terreno. En el último semestre del año pasado, este tipo de envíos creció de unas 300 toneladas a casi 5 mil mensuales, pasando a representar cerca del 10% de los envíos totales para China.
Un profesional del rubro frigorífico contó que, contra los que suponían que los chinos se iban a concentrar en cortes baratos como el brazuelo y el garrón, han venido prefiriendo llevar “el asado de vaca carnicera o incluso de novillo”. El costillar lo hacen cortar en tres (dos partes de cuatro costillas y una de tres).
Así los importadores de China compiten directamente con la demanda local, aunque en las últimas semanas esta situación no se notó tanto porque –debido a la crisis del coronavirus y el freno de las importaciones desde China– los embarques de carne cerraron enero con un 31% de caída respecto de 2019.
¡ No aprendemos más!
Hay que producir más carne, nos sobran tierras, tecnologías y emprendedores.
Tenemos una mentalidad de pueblo chico.
Los dirigentes de la mesa de enlace son patéticos.
Anda y decile a los escoceses que limiten la exportación de whisky o a los holandeses que prohíban las ventas de quesos