Por primera vez en 2020 se reunió la semana pasada la Mesa Ovina, encuentro en el que se analizó el contexto actual productivo, los problemas que enfrenta la actividad como la falta de referencia de precios, y qué soluciones se pueden encontrar a mediano y largo plazo. En este punto evaluaron prolongar por otros 10 años la Ley Ovina que lleva casi 20 de ejecución, y que de continuar, puede seguir fomentando el desarrollo productivo en Buenos Aires.
“La Ley Ovina permitió un mayor crecimiento de la actividad y la aparición de nuevos actores en la cadena. Se comenzó a producir ovinos en el norte de la provincia, que habían desaparecido hacía varios años, y ahora se empieza a rearmar la diversificación de los campos”, manifestó a Bichos de Campo Mercedes Mc Cormick, Coordinadora de la Mesa Ovina de Buenos Aires, e Integrante de la Mesa Ejecutiva Ovina Nacional.
Mc Cormick contó que desde la Mesa se viene trabajando en un borrador para que a partir del 2021, fecha en que vence la normativa, se le de continuidad por al menos otros 10 años. “La Ley colaboró con el crecimiento de toda la cadena en general, y con los créditos que concedió se mejoraron plantas de faena, aumentó la población de animales, se optimizaron instalaciones e inversiones en pasturas. En definitiva, se trata de darle agregado de valor al producto final”, consideró la ingeniera zootecnista.
Hacia 2001, cuando arrancó la Ley Ovina, el monto destinado por el Tesoro era de 20 millones de pesos, o el equivalente a 5 millones de dólares, mientras que hoy, esa cifra está en 80 millones de pesos. Según la coordinadora, “a pesar de que la partida es mucho mayor a la de 200, por la devaluación deberá reajustarse, porque sigue siendo insuficiente”.
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Y si hablamos de necesidades, la representante de la Mesa se refirió a la falta de un precio de referencia. “Cada uno maneja el precio que quiere y los operadores en el mercado también lo hacen. Pero esta situación mejorará cuando esté establecido el Mercado Agroganadero de Cañuelas, el cual dará un espacio para comercializar ovinos, y quizás así recuperemos el precio de referencia que supimos tener”, reflexionó.
No obstante, Mc Cormick evaluó que “la producción ovina hoy es una actividad más estable. Se nota más aplicación de tecnología, y hay nuevos ganaderos que apuestan al ovino como negocio y no sólo como modo de producción, al estilo majada al fondo del campo que sólo produce corderos para la familia y alguna venta menor”.
Ver Lanzan en Palermo una Mesa Nacional de productores ovinos
Cuando en 2016 se conformó la Mesa Ovina Bonaerense, que implicó reunir a los productores con instituciones públicas y gremiales, se logró que se trataran problemáticas en conjunto, y se pudo pedir que las herramientas financieras se dirigieran a los sectores que realmente las precisaban.
Actualmente, se estima que hay unas 4 millones de cabezas de ovinos en la provincia de Buenos Aires, y 15 millones a nivel país, y se busca que se puedan producir corderos más pesados, de más de 13 kilos de carcasa. “Esto nos permitiría hacer más cortes y volvería más versátil al producto. Obtener algo similar a lo que se logró con la producción porcina”, ejemplificó la coordinadora.