Uno de los herbicidas más utilizados en el país, luego del glifosato, es el 2,4-D (la D hace referencia al nombre del ácido: diclorofenoxiacético). Se trata de un herbicida hormonal que controla malezas de hoja ancha, dicotiledóneas, como el temible yuyo colorado, que si bien ya empezó a mostrar resistencia en algunas zonas, es mucho más resistente al glifosato. De modo que el hormonal de banda -toxicológica- amarilla creció en su uso en los últimos años.
La creencia de los productores era que la versión éster de tal herbicida resultaba más eficaz contra las malezas que la versión salina. Pero los perjuicios para los vecinos se hacía notar. Es que es una formulación mucho más volátil y la deriva podía llegar a ser elevada según las condiciones metereológicas. Tal es así, que hace un mes atrás el Senasa decidió prohibir totalmente esa formulación del 2,4-D en diferentes etapas. Varias provincias ya le imponían restricciones.
Ver: El Senasa avanza hacia la prohibición total del 2,4-D éster, el herbicida más volátil
Las empresas proveedoras de insumos químicos del sector han decidido ahora focalizarse en la versión salina del 2,4-D. Que aseguran que es “muy segura, de muy baja volatilidad y sin restricciones de uso”, según explicó el directivo de marketing de Nufarm, Andrés Bottino, a Bichos de Campo.
Aquí la charla completa con Bottino:
“Weedar Full es una mezcla de sales aminas, patentado por la empresa en Australia, que lo hace un producto muy eficaz y seguro”, aseguró Bottino en la entrevista. “Es un mito ese de que el éster es más agresivo con las malezas, con las sales aminas funciona muy bien”, argumentó.
Bottino finalizó diciendo que “esta es una herramienta más, que hay que alternar con otras. Ya no alcanza solo con el glifosato y hay que manejar todos los herbicidas de manera armónica”.