En lo que ya se perfilaba como una temporada difícil para la actividad cerecera -por la merma en la producción, pérdida de competitividad y los condicionantes externos- se suma un nuevo mojón que complejiza más el panorama: los devastadores efectos de la tormenta de este fin de semana.
El domingo, tal como estaba pronosticado, cayó nuevamente granizo en el norte de la Patagonia, y es el segundo temporal de estas características en apenas 15 días. Esta vez, quienes se llevaron la peor parte fueron los productores de cereza del Valle Medio, particularmente de la localidad de Chimpay y zonas aledañas, donde aún restaba cosechar un tercio de la actual campaña.
Se trata del epicentro productivo de esa fruta con destino a exportación. En algunos establecimientos, el grado de afectación es tal que evalúan si es conveniente cosechar o si directamente todo se registrará como pérdidas dentro de una temporada que ya venía con bajas productivas.
Consultado por Bichos de Campo, el gerente general de la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (CAPCI), Aníbal Caminiti, señaló que “una parte de las producciones se vio bastante dañada por el granizo y otra por la lluvia”, que fue también intensa y acumuló entre 40 y 50 milímetros en un corto período de tiempo.
De las casi 450 hectáreas productivas que se destinan a la cereza en el Valle, Chimpay concentra la mayor parte, unas 260, que están en manos de grandes productores que empacan directo para vender al exterior. Por eso, a nivel sectorial, el evento de este fin de semana no fue menor.
Si bien se había activado una alerta amarilla horas antes y los establecimientos contaban en su mayoría con estructuras para proteger a los frutos ante imponderables, Caminiti explicó que la tormenta fue de tal magnitud, con tanto caudal de agua y pedradas, que “fue difícil de mitigar”.
En respuesta a lo sucedido, el gobernador Alberto Weretilneck expresó su solidaridad y aseguró que desde la cartera productiva trabajarán “para relevar los daños y acompañar su recuperación”
MI SOLIDARIDAD CON LOS PRODUCTORES AFECTADOS
Todo nuestro acompañamiento y solidaridad con cada productor y cada familia que fue afectada por el violento temporal que golpeó nuestros valles. Sé del esfuerzo que hay detrás de cada hectárea trabajada y del valor que representan… pic.twitter.com/E4wMERDMQ1
— Alberto Weretilneck (@WeretilneckOK) November 30, 2025
Aunque a nivel general se estiman grandes pérdidas, lo cierto es que las horas decisivas fueron las de ayer y serán las de hoy, pues el referente sectorial señaló que si luego de un evento de este tenor sale rápidamente el sol, hay pocas chances de recuperar lo que quedó en el árbol.
“Lo que hace el agua es provocar una partidura en la superficie del fruto cuando ya tomó color y está por cosecharse, y ese daño es mucho mayor si al otro día sale el sol”, observó. Por eso es que, en muchos casos y cuando vale la pena costear el servicio, se emplean helicópteros, drones o pulverizadoras para secar las cerezas y evitar que las gotas hagan luego “efecto lupa” y dañe su apariencia. En los mercados externos más exigentes, una fruta de esas características generalmente no es aceptada.
“Aún se está evaluando si quedan lotes para cosechar o ya se abandona toda la producción. Eso se termina de ver luego de 48 horas, pero cuando las lluvias son tan intensas generalmente hay daño”, agregó Caminiti.
Si bien el temporal llegó en la recta final de la campaña, a no más de 10 días de que terminara de cosecharse y con sólo una porción de la producción aún en los arbustos, lo cierto es que esta ya no es de por sí una gran temporada para el sector.
Además de los altos costos y las dificultades que se presentan en otros mercados para hacer valer nuestra cereza, Caminiti había explicado días atrás a Bichos de Campo que la mayor preocupación este año fue la falta de horas de frío suficientes.
“Ya venimos de un año con con condiciones climáticas adversas para tener una producción plena y ya habíamos entrado en en cosecha estimando una merma para esta región de Río Negro y Neuquén en torno a un 30 y 40%. Con esta última tormenta esto se puede acrecentar”, explicó el referente, que lamentó que esto “termina de perjudicar” a productores y empresas que “ya venían golpeados” de los meses anteriores.
Si se contemplan las pérdidas provocadas en establecimientos de peras, manzanas y frutas de carozo, se estima que las pérdidas ascienden a 800 hectáreas, y voces del sector aseguran que el temporal fue uno de los más devastadores de los últimos años.





