Danone nació en 1919 en Barcelona, cuando el inmigrante sefardí Isaac Carasso comenzó a elaborar yogures inspirados en los avances del Instituto Pasteur sobre los fermentos lácticos y sus beneficios para la salud intestinal de los niños. Llamó a su empresa “Danone”, diminutivo en catalán de su hijo Daniel. Un siglo después, aquella pequeña fábrica se transformó en uno de los mayores grupos alimentarios del planeta, con sede en París y presencia en más de 120 países.

Hoy Danone se define como una compañía de “salud a través de la alimentación”. Su negocio se apoya en tres grandes divisiones: Productos Lácteos y de Base Vegetal (EDP), Nutrición Especializada, que abarca fórmulas infantiles y productos médicos, y Aguas. Bajo su paraguas conviven marcas mundialmente conocidas como Activia, Danette, Actimel, Alpro, Oikos, YoPro, Aptamil, Nutrilon, Evian, Volvic y Mizone, entre muchas otras.
La historia del grupo es también la de un siglo de transformaciones. En 1929, Daniel Carasso, ya al frente de la empresa, trasladó la producción a París, donde fundó la filial francesa. Durante la ocupación alemana, en plena Segunda Guerra Mundial, se exilió en Nueva York y rebautizó la marca como Dannon, adaptándola al mercado estadounidense. A su regreso a Europa, reconstruyó el negocio y en 1973 se fusionó con Gervais, el mayor productor de quesos de Francia. Así nació Gervais Danone, que más tarde se consolidó como Grupo Danone, uno de los mayores conglomerados de alimentos del mundo.

En 2024, la compañía reportó ventas globales por 27.376 millones de euros, un crecimiento del 4,3% interanual, impulsado por un aumento del 3% en volumen y del 1,3% en precios. El resultado operativo recurrente fue de 3.558 millones de euros, con un margen del 13%, mientras que el beneficio neto ascendió a 2.021 millones, más del doble que en 2023. Con un flujo de caja libre récord de 3.000 millones de euros y una reducción de la deuda neta a 8.600 millones, Danone cerró el ejercicio con su rentabilidad más alta en varios años.
Por regiones, Europa concentró 9.568 millones de euros en ventas, con cinco trimestres consecutivos de crecimiento en volumen. Norteamérica generó 6.579 millones, impulsada por productos altos en proteína y cafés fríos, mientras que China, Asia del Norte y Oceanía fue el motor del grupo, con 3.694 millones y un avance del 8%. En América Latina, las ventas totalizaron 3.029 millones, con un crecimiento del 4,2% pese a la inflación y la volatilidad cambiaria. Las marcas Danone, Danette y YoPro impulsaron los resultados, junto con Aptamil y Nutricia en nutrición infantil.
El tercer trimestre de 2025 confirmó la buena tendencia: las ventas llegaron a 6.876 millones de euros, con una suba del 4,8% interanual y avances en todas las regiones. En Asia el salto fue del 13,8%, en América Latina del 4,3% y en Europa del 2,6%.

En Argentina, Danone está presente desde casi 30 años y forma parte de la estructura industrial y alimentaria del país. Posee cuatro plantas: una ubicada en Longchamps, donde produce yogures y postres; otra ubicada en Garín, especializada en fórmulas infantiles y nutrición médica; una ubicada en General Rodríguez, que centraliza la logística y procesamiento lácteo junto a Mastellone Hermanos (La Serenísima); y otra ubicada en Mendoza, donde se origina y embotella el agua mineral Villavicencio y la línea Levité.
La alianza con Mastellone es clave: a través de ella, Danone participa del negocio de yogures, postres y quesos frescos con marcas compartidas como Yogurísimo, Ser, Casancrem y Danonino. Esa relación se integra con el grupo Arcor, que en 2015 ingresó al capital de Mastellone y controla el 51% de Bagley, la tradicional empresa de galletitas en la que Danone conserva el 49%. Entre las tres compañías, Arcor, Mastellone y Danone, procesan más de 3,6 millones de litros de leche diarios, siendo las principales compradoras de materia prima del país.

Danone también gestiona el negocio de aguas y bebidas junto a la chilena CCU, con marcas como Villavicencio, Villa del Sur y Levité, entre otras. Además, opera Nutricia Bagó, su división de nutrición especializada. En total, emplea a más de 3.000 personas en Argentina y distribuye unos 300 productos en más de 100.000 puntos de venta.
Finalmente, en el plano estratégico local, existe un episodio aún abierto: la sociedad conformada por Arcor y Danone, a través de Bagley, busca adquirir el 51% restante de la empresa Mastellone para quedarse con el control total de la láctea mediante una nueva estructura. En mayo de este año, los actuales accionistas de Mastellone rechazaron la oferta al considerar que “no cumple con los términos del contrato” lo que abrió la puerta a una posible disputa judicial.
En el fondo, lo que está en juego es quién controlará la mayor marca láctea del país. Arcor busca consolidar su integración vertical en alimentos básicos y Danone aspira a unificar todas las operaciones lácteas bajo un mismo paraguas. En la industria circula incluso un nombre tentativo, La Serenísima Unida, que habría simbolizado la unión total entre ambas. Por ahora, ese proyecto quedó en suspenso. Pero el movimiento deja en claro que Danone no solo fabrica yogures y aguas minerales: también juega, y fuerte, en el tablero del negocio lácteo argentino.





