En el interior bonaerense, lamentablemente, las historias de productores seriamente afectados por las inundaciones, como lo es el caso de César Amengual, hoy abundan.
En realidad, en su campo de cría de 9 de Julio hace tiempo que César afronta decisiones complejas, primero por la sequía de las últimas campañas y ahora por el exceso de agua de los últimos meses. Para este productor, tener la calculadora en la mano y evaluar pérdidas se ha convertido ya en moneda corriente.
Entre 2023 y 2024, por ejemplo, tuvo que desprenderse de vacas vacías y vaquillonas que pensaba transformar en madres para aliviar la carne de los vientres preñados. En total, César se vio obligado a vender 90 animales y dejar sólo 350 en su campo, lo que significó un achique del 20% de su rodeo inicial.
A la pérdida de cabezas, naturalmente, se le sumó la baja en la productividad y los gastos en forrajes para alimentar a los que había decidido retener.
Probablemente, cuando se enteró que la sequía llegaba a su fin, este productor ganadero, como muchos otros tantos de la zona, se haya alegrado. Pero a ese fenómeno le siguieron, casi sin pausa, las inundaciones de este año, que trajeron bajo el brazo nuevas pérdidas.
Por las intensas lluvias de las últimas semanas, Amengual señala tiene comprometida gran parte de la superficie del campo. “Perdí casi el 50% de lo que sembré con alfalfa para hacer reserva y que cuesta de mínimo 500 o 600 dólares por hectárea”, aseguró.
A esas pérdidas se le suma la mortandad de hacienda. A César se le ahogaron 9 vacas que hoy cuestan 1000 dólares por cabeza y, como se sabe, no hay financiación bancaria que se pueda tomar por las elevadas tasas de interés.
Con casi la totalidad de la red de caminos comprometida, y sin poder llegar con su camioneta al campo, César intenta hacerlo a duras penas en tractor. “De parte del municipio es muy poco lo que se hizo y lo que se están haciendo. Venimos de varias gestiones con muy pocas obras y mantenimiento de los caminos”, lamentó.
Hacia adelante, además, las perspectivas no son muy buenas. “Tuvimos unos días secos y con sol, que es lo que ayuda a que evapore el agua. Pero se prevén lluvias de 30 milímetros y con eso volveremos a estar como antes” concluyó el ganadero.
El productor (persona que vive en el campo y vive de su producción) históricamente siempre bajó la cabeza, trató de reponerse, trató de pagar sus tasas municipales y demás. Por suerte, en estos tiempos deja ver todas las adversidades que afronta el campo y la producción. El que vive en la ciudad vé las cosas muy diferentes o lejanas pero lo que muestran los artículos con respecto a las inundaciones son verdades. Los municipios deben arreglar caminos, destapar alcantarillas, realizar canales en conjunto con otras municipalidades y en contraprestación de dichos servicios el campo pagará sus tasas. Pero como no hay servicios tampoco habrá pago de tasas.