Es muy provechoso leer el perfil productivo de la cadena productiva de la nuez Pecán redactado por técnicos de la Dirección Nacional de Alimentos de Agroindustria. De entrada nomás, uno se entera que a Domingo Faustino Sarmiento -una vez más- le corresponde haber sido quien introdujo esa especie en estas costas. Las primeras semillas las trajo desde Estados Unidos, de donde es originaria la variedad.
Lo que Sarmiento no sabía es que muchísimo tiempo después alrededor de ese árbol que él introdujo a la Argentina solo con fines ornamentales (“posiblemente sea éste el origen de algunos árboles añosos que se encuentran en estancias de Buenos Aires, Entre Ríos y otras provincias”, dice el informe), se construiría una cadena productiva que ya logró exportar por más de 1 millón de dólares.
El Pecán fue de adorno hasta que alrededor de los años cincuenta el agrónomo Martín A. Leber, del INTA, realizó una intensa campaña de distribución de nueces entre los isleños del Delta del Paraná, para que las sembraran con fines comerciales. Hoy, gracias a eso, hay ejemplares implantados desde el Tigre hasta el arroyo Ñancay, sobre el río Uruguay.
Ahora hablamos de un sector en vías de crecimiento, formado por cerca de 200 actores que -como suele suceder en la Argentina- están divididos y organizados en dos asociaciones diferentes: el Cluster del Pecán y la Cámara Argentina de Productores de Pecán.
La primera asociación, el Cluster del Pecán, comenzó a configurarse en 2013 como una iniciativa del ex Ministerio de Agricultura. Bajo este paraguas un hito fue “equipar y poner en funcionamiento laboratorios de calidad y análisis de residuos que presten servicio al sector”. De ese cluster surgió tres años después la Asociación Civil regional de la Nuez Pecan, que cuenta hoy con 65 socios, entre viveristas, productores, comercializadores, técnicos y empresas prestadoras de servicios.
Por su parte, la Cámara de Productores de Pecan nació en 2004 bajo la figura de consorcio de exportación. Y pudo concretar sus primeros embarques en 2013. Esto “permitió mejorar significativamente los precios recibidos por el productor”, según elogió el informe oficial. Hoy el Consorcio agrupa a 150 productores radicados en varias provincias.
¿Dónde se ubican estos productores? El cultivo de nuez Pecán se desarrolla en diversas zonas del país (desde Patagonia hasta el NOA), pero el 80% de las plantaciones se concentran en el Litoral (Entre Ríos, Corrientes y Misiones), Buenos Aires y Santa Fe. La provincia con mayor superficie implantada es Entre Ríos, con 55% del total.
De acuerdo al Relevamiento Nacional de Frutos Secos del año 2017, se estima que en ocho años prácticamente se duplicó la superficie de frutos secos (nuez de nogal, nuez pecan, almendra, avellana y pistacho) en el país, pasando de 12.321 hectáreas de 2008 a 23.143,81 hectáreas en 2016. Dentro de ese movimiento, la Pecán es la que mostró mayor crecimiento, pasando del cuarto lugar con 350 hectáreas cultivadas al segundo puesto, detrás del nogal, con 4.781 hectáreas en la actualidad.
Se definió, a través del mismo relevamiento, que existen 293 establecimientos productores de nuez Pecán en el país. Esos productores aportarían cerca de 1.200 toneladas anuales del fruto.
Como todo producto agropecuario, la nuez Pecán argentina se destina a la comercialización en el mercado interno y a las exportaciones. Se estima que alrededor del 30% de la producción se destina al mercado externo.
Las exportaciones comenzaron recién en 2010, y hasta 2012 el único destino era Estados Unidos. A partir de 2013 se sumaron como mercados Vietnam y Hong Kong, pero éste último para triangular hacia China.
Desde ese empujón inicial hasta 2017, el crecimiento exportador fue geómetrico. De 13,5 toneladas exportadas en 2010 se pasó a 247 toneladas en 2017. Y de los 40.900 dólares de la primera venta al exterior, se pasó a 1,4 millones de dólares dos años atrás.
Sarmiento jamás lo hubiera imaginado. Aquellas árboles que trajo para embellecer los jardines de las estancias ahora venden sus frutos a un precio promedio de 5.710 dólares por tonelada. Y en 2018, según datos extraoficiales del sector, las ventas al exterior rondaron las 350 tonelada por un valor FOB estimado de 1.100.000 dólares.
La cadena llegó al millón. Pero es apenas el comienzo de la historia.