Concluida la etapa de faena en el frigorífico entrerriano Fadel -que alcanza a procesar unas 160 mil aves diarias y colaboró con Bichos de Campo para conocer todo el proceso de producción de la avicultura-, los pollos enteros, las pechugas, las pata-muslos y demás cortes se toman el “Expreso Polar”, un transporte hacia los túneles de enfriado, donde enfrentarán un “congelado rápido” a menos 35 grados centígrados.
El sistema se encuentra completamente automatizado, y consta de una cinta transportadora que distribuirá los distintos productos entre los tres túneles, para luego ubicarlos en diferentes estantes según corresponda. La capacidad instalada permite almacenar unas 300 toneladas de pollo, lo que equivale a unas 15.120 cajas en sus distintas presentaciones.
“El equipo es provisto por Metalúrgica Albace. Lo que nos permite es traer de todos los sectores de las plantas el producto, y colocarlo en bandejas y niveles en función de la estadía de tiempo que nosotros preestablecemos para cumplir con un criterio de temperatura. Eso se entrega luego al sector de paletizado, para ser congelado o cargado directamente al camión. Hay productos que están 3 horas adentro y hay otros que están 24 horas”, explicó a Bichos de Campo Ramiro Moreira, responsable de ingeniería en el frigorífico Fadel.
El movimiento y destino de las cajas depende de la selección que se realice desde la oficina de cómputos, donde los operarios escogen los productos a través de un lector de código de barras.
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“El lector toma registro y deriva a las distintas entradas que tiene el túnel, para luego ir posicionando los niveles que necesita. El operario solamente le asigna un tiempo para estar ahí adentro. Siempre estamos priorizando el menor trabajo humano posible que genere desgaste. Siempre estamos metiéndole esa cuota de tecnificación, pensando en darle una vuelta de rosca y mejorar los puestos de trabajo”, señalo Moreira.
Dado que estos túneles trabajan en forma constante a la par de la planta procesadora, que solo se detiene los fines de semana, el ingeniero reconoce como un desafío el momento de hacer adecuaciones a los equipos.
“Todas las intervenciones grandes las tenemos que hacer con una programación previa muy importante. Esto tiene que salir andando. Ese es nuestro objetivo y es a lo que siempre apuntamos”, sostuvo.
-¿Es un lindo lugar para hacer ingeniería?- le preguntamos.
-Sí, hay un montón de áreas que están involucradas para llevar a cabo un proyecto de este tamaño, que involucra no solo planificación y gestión. Acá tenemos un montaje mecánico, un montaje eléctrico, sistemas frigoríficos y un montón de recursos que hay que coordinar para llevar adelante un proyecto de esta envergadura.