En planteos ganaderos de mediano y gran tamaño, la atención personalizada de los animales solo es posible con la ayuda de herramientas que mejoren su seguimiento. Esa es la lógica detrás de los sensores de la empresa holandesa Cowmanager, que ingresaron al país a finales de 2022 y que ya cuentan con 40.000 vacas y más de 60 tambos bajo ese sistema de monitoreo.
Si bien este tipo de tecnología ya dejó de ser en el mercado una completa novedad, esta marca logró distinguirse empleando el concepto de “monitoreo de comportamiento”, que permite detectar cualquier cambio en la rutina de los animales.
“Cada vez que la rutina o el comportamiento se altera, puede haber necesidad de alguna acción reproductiva, porque la vaca está en celo; o bien puede haber algún tema de salud, que haga que la vaca esté comiendo mal y que su rumia se altere”, explicó a Bichos de Campo Sebastián Gigena, representante de Cowmanager en Argentina.
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“Está comprobado que la oreja de la vacas es uno de los lugares que mayor movimiento refleja. Ahí sucede todo y se puede medir la masticación, la rumia. También el sensor puede medir ahí la temperatura, un patrón más moderno que se utiliza para saber si la vaca se está enfermedad”, agregó a continuación.
Al igual que los celulares, los sensores poseen un acelerómetro tridimensional que registra el movimiento de distintos ejes. A través del análisis de patrones, puede determinar si el movimiento se condice con la alimentación, la rumia, el descanso o con una inactividad producto de una condición clínica.
La información recolectada es enviada a la nube, y ante una situación de alarma el sistema avisa a los operarios que determinado animal debe ser apartado y revisado.
“El sensor tiene la capacidad de medir y de almacenar información por hasta 7 días. Lo complementa en el equipamiento solamente una antena, que trae esos datos cuando la vaca llega con su sensor”, indicó Gigena, destacando que es uno de los productos en el mercado con mayor capacidad de almacenamiento.
Otra ventaja está en la duración de la batería, que se extiende por cinco años y permite que el sensor acompañe al animal desde la guachera.
Finalmente, el representante señaló que esta herramienta permite optimizar el tiempo de trabajo en el tambo y hacer foco en otras tareas de igual importancia como la alimentación o la producción de forraje.