Más de 700 empleados y cientos de proveedores están muy preocupados por la situación de la industria láctea santafesina Verónica, que se encuentra atravesando un panorama por demás complejo.
Luego del estrés financiero registrado a comienzos de este año, que fue adelantado por Bichos de Campo, la empresa –con sede en la localidad de Lehmann y dos plantas industriales más en Suardi y Clason– comenzó a perder recibos de leche y actualmente está virtualmente paralizada.
Un mes atrás la empresa empezó a realizar esfuerzos para intentar ordenar su situación financiera, pero en las últimas dos semanas la situación se desmadró nuevamente con un total de 594 cheques rechazados por falta de fondos entre febrero y lo que va del presente mes de junio, los cuales suman un total de 2135 millones de pesos.
Según registros del Banco Central (BCRA), Verónica abonó 102 cheques por un monto de 339,8 millones de pesos, lo que implica que la deuda comercial hasta el momento es de 1795 millones de pesos.
La empresa además cuenta con una deuda bancaria en situación normal de 9076 millones de pesos, la mayor parte de la cual corresponde –en orden de importancia– al Banco Nación, Catalinas Cooperativa de Crédito, Banco Galicia, Credibel, Trend Capital, Cooperativa de Vivienda, Crédito y Consumo Concepción Ltda., Banco Santander y Libertador Factoring, entre otras entidades.
Los empleados de la empresa, ante el temor de que Verónica se declare en concurso preventivo de acreedores, informaron esta semana a medios de comunicación y autoridades santafesinas que la familia Espiñeira, propietaria de la industria láctea, cuenta con una empresa agropecuaria, Las Becerras S.A., que desarrolla producciones lecheras, ganaderas y agrícolas en las localidades santafesinos de Classon, Totoras y Lehmann.
La empresa abonó en cuotas los salarios correspondiente al pasado mes de abril, pero sigue sin pagar los de mayo, razón por la cual los trabajadores de la empresa iniciaron un procedimiento de “retención de crédito laboral”, el cual implica presentarse al trabajo pero sin cumplir tareas hasta tanto el empleador concrete el pago de la remuneración correspondiente, además de regularizar la situación de los aportes y contribuciones sociales.
En 2019 la empresa láctea fundada en 1923 por la familia Espiñeira había ingresado en un Procedimiento Preventivo de Crisis para luego lograr de manera exitosa una reestructuración de pasivos. Sin embargo, varios años después la firma empezó nuevamente a registrar problemas financieros.
La empresa elabora leche larga vida y en polvo, leche chocolatada, crema, manteca, dulce de leche, quesos crema y untables y quesos de pasta blanda, semidura y dura.